“No estoy contento. No soñé ni pensé un arranque así”, reconoció ayer el técnico de Independiente, Daniel Garnero, cuya continuidad comenzó a ser cuestionada por la hinchada del equipo de Avellaneda, que coreó el nombre de Américo Gallego el domingo en la cancha de River. “El clima no es ideal y la gente reacciona”, reflexionó el entrenador, al mismo tiempo que puso en duda la presencia del enganche Leandro Gracián para el debut de Independiente en la Copa Sudamericana, el jueves frente a Argentinos: “El inconveniente que tiene en el isquiotibial lo limita un poco”. Luego de la derrota del domingo, los hinchas expresaron su disconformidad con cantos agresivos hacia el manager César Luis Menotti y el presidente Julio Comparada, quien había sido víctima de numerosas pintadas en las adyacencias del estadio Libertadores de América. En contraposición a los 68 puntos obtenidos en la temporada pasada, Independiente sólo cosechó uno de nueve posibles en la presente edición. De los 55 goles que se convirtieron con Gallego, 31 fueron convertidos por tres jugadores que abandonaron el club: Darío Gandín, Leonel Núñez e Ignacio Piatti. Para compensar ese déficit, los dirigentes trajeron a Facundo Parra y a Germán Pacheco, quienes no lograron convertir en los primeros tres partidos. “Se me cruzó la idea de poner a Maxi (Velázquez) de titular y correrlo a (Lucas) Mareque a la mitad de la cancha. Pero es algo que tenemos que conversar”, explicó Garnero, dejando entrever que el ex jugador de Lanús podría debutar oficialmente contra Argentinos. Con la confirmación de que la prioridad de Independiente será la Copa Sudamericana, el partido del jueves será clave para definir el futuro de Garnero.