DEPORTES › EL SELECCIONADO FEMENINO SE ADJUDICO EL TITULO EN EL MUNDIAL DE ROSARIO
Frente a las doce mil personas que colmaron las tribunas, las argentinas mostraron un juego de jerarquía y alto nivel para imponerse por 3-1 ante la poderosa Holanda y consagrarse por segunda vez en su historia. Emotivo festejo de las chicas de Retegui.
Perfectas, Las Leonas son así. Tienen coraje, actitud, talento, dejan el alma en la cancha. Y ayer en Rosario recibieron su justo premio, un nuevo título mundial, ante más de 12.500 almas que no se cansaron de alentarlas a lo largo de todo el partido.
Son Las Leonas, las que dejan la vida en cada pelota, las que se matan entrenando hasta en triple turno, haga 30 grados o uno bajo cero. Son las que ayer le dieron al deporte argentino su máxima alegría en lo que va del año al consagrarse campeonas mundiales por segunda vez en la historia, tras doblegar a Holanda 3-1 en una final en la que salieron con la convicción de siempre y arrollaron en menos de 10 minutos a las defensoras del título.
En ese lapso Carla Rebecchi, a los 3 minutos, y Noel Barrionuevo, arrastrando un corner corto, le dieron al representativo albiceleste una ventaja parcial de dos goles que abrió el partido.
En el segundo tiempo, a los 9, llegó el descuento de Maartje Paumen, la goleadora del torneo, quien también de corner corto le puso emoción al partido. Pero hasta ahí llegaron las europeas.
Las chicas argentinas soportaron el asedio y de contra liquidaron el partido con un nuevo gol de Rebecchi, a los 19, quien capturó un rebote de un tiro de Soledad García en el poste.
Fue el cierre de un Mundial perfecto, con siete victorias en igual cantidad de presentaciones. Con la mejor jugadora del torneo y la arquera menos vencida en el plantel. Fue el final soñado.
Holanda sintió la presión pronto. A los dos minutos, una mala salida derivó en una acción por izquierda de Soledad García, quien sacó el centro, Luciana Aymar pasó de largo y Rebecchi, completamente libre, empujó la bocha dentro del arco. El estadio estalló.
El segundo estallido no demoró en llegar. A los 7, en el primer corner corto para las albicelestes, Barrionuevo encontró el arco con su arrastrada letal y Las Leonas pasaron a ganar 2-0. Las holandesas no entendían nada.
La temprana ventaja relajó un poco a las conducidas por Retegui y Holanda emparejó el juego con un buen trabajo de Naomi Van As y algunas penetraciones de Marilyn Agliotti por derecha.
Pero la defensa de las argentinas, como en todo el torneo, respondió y ese repunte apenas les alcanzó a las naranjas para generar un corner corto que Paumen desperdició arrastrando desviado. A partir de entonces, y hasta el final de la etapa inicial, a Las Leonas les costó asumir el protagonismo como en el comienzo, pero tampoco corrieron riesgos. Holanda tuvo la bocha, pero en el semicírculo no trascendió.
Holanda siguió controlando el juego en el primer cuarto de hora del segundo tiempo. Presionó como nunca a la defensa albiceleste y llegó al descuento con un corner arrastrado al ángulo por Paumen.
A la Argentina le costó reponerse. Esta vez Aymar no fue de-sequilibrante y, por primera vez en el torneo, el equipo de Retegui debió pararse de contra. Y en una de ellas llegó la tranquilidad: la bocha derivó en García dentro del área, el remate de la cordobesa dio en el poste y Rebecchi, atenta, tomó el rebote y le devolvió la tranquilidad a la gente.
Luego hubo más corners para las holandesas, pero en ese momento apareció la enorme Belén Succi para terminar con el sueño naranja de retener la corona. Los minutos fueron pasando y Las Leonas mostraron una vez más su carácter para controlar a un rival que de a poco se fue resignando.
La gente estalló, las chicas lloraron, se abrazaron, dieron la vuelta olímpica. Tanto esfuerzo había dado sus frutos. El hockey femenino argentino estaba de nuevo en la cima.
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