David Nalbandian y Juan Mónaco perdieron ayer ante el escocés Andy Murray y el serbio Novak Djokovic, respectivamente, y quedaron eliminados en la segunda ronda del Masters 1000 de París Bercy, último torneo de la temporada antes del Masters de Londres, que reúne a los ocho mejores del año. En el primer turno, Mónaco fue ampliamente superado por el defensor del título, Djokovic, por 6-4 y 6-3 en 83 minutos, mientras que a continuación Nalbandian perdió ante Murray por 2-6, 6-4 y 6-3 en casi dos horas. Con este resultado, ambos quedarán con 1480 puntos y compartirán el primer lugar en el ranking entre los tenistas argentinos, aunque por primera vez desde 1999 no habrá uno entre los veinte primeros al final de la temporada. El cordobés terminó muy enojado con su rival, que pidió atención médica para su muñeca, pero luego regresó al juego y definió el partido.

Mónaco salió a buscar su primer triunfo sobre Djokovic, a quien nunca había podido vencer en tres enfrentamientos. En el comienzo logró adelantarse 4-2, pero no pudo resistir ante la presión y solidez del serbio, que encadenó cuatro games consecutivos para quedarse con el primer set. En el segundo parcial, el europeo volvió a quebrar en el quinto game para desnivelar el marcador y sacar una diferencia que sería definitiva ante un Mónaco que contó con ocho oportunidades de quiebre y sólo aprovecho una, pero que nunca pudo contrarrestar el talento y potencia de su adversario.

“Fue un partido complicado. Al principio me vi con chances, estaba 4-2 arriba, tenía un quiebre, me sentía bastante bien en la cancha, pero después tuve un mal game cuando tenía que mantener el servicio para ponerme 5-3 y todos sabemos lo que es él. Cuando pasó arriba en el marcador fue bastante superior a mí y es un justo ganador”, analizó Mónaco, que igual aclaró que se fue conforme con su actuación. “En los papeles sabía que iba a ser muy complicado, pero tengo muchas cosas buenas para rescatar de este final de año mío. Me voy un poco triste, pero el balance es bastante positivo”, remarcó el tandilense.

Posteriormente, en la misma cancha, Nalbandian salió con todo ante Murray, presionando con su servicio y con precisión en todos sus golpes sorprendió al escocés al quedarse con el primer set por 6-2. No obstante, en el segundo parcial el escocés cambio la táctica, se mostró más agresivo y el partido se volvió más parejo. Al cordobés su servicio ya no le funcionaba como en el primer set y Murray presionó para lograr un quiebre vital cuando estaban igualados en 4, para luego cerrar el parcial con su saque ante la bronca de Nalbandian, quien estrelló su raqueta contra el piso.

La paridad continuó en el tercer set, hasta que en 2-2 Murray sintió un pinchazo en la muñeca derecha, por lo que debió ser asistido por el médico del torneo. Con gestos de dolor, todo parecía indicar que el británico abandonaría, pero regresó al court para mantener su servicio. En el octavo game, Murray quebró nuevamente valiéndose de las imprecisiones del cordobés y así sentenció el encuentro. “Nunca es lindo perder, pero es así. Lástima que Andy llore demasiado en la cancha. Si te pincha la muñeca y no podés jugar al tenis, tenés que parar y dejar”, se quejó el cordobés. “Fue un partido duro. Es una lástima porque había empezado muy bien, pero en los dos últimos sets no saqué bien y eso hizo la diferencia. Igual, mi balance es positivo tras un año raro por las lesiones”, aseguró Nalbandian, que ganó este certamen en 2007, cuando venció consecutivamente al español Rafael Nadal y al suizo Roger Federer.