Vie 12.11.2010

DEPORTES  › JUEGOS EVITA JORGE ITURRE FUE ELOGIADO POR EL PROPIO UBALDO FILLOL

El arco tiene una promesa

El juvenil participó del certamen en Mar del Plata y mostró una gran proyección, en la categoría Sub-14. “Tiene enormes condiciones, con gran capacidad de salto y un físico privilegiado”, indicó el campeón del mundo.

La carrera de los deportistas suele considerarse fugaz. Los años de alto rendimiento son efímeros para la mayoría, y si bien el rumbo en el que se corta ese hilo de carretel es similar, el inicio de la trayectoria tiene la esencia de lo indescifrable. Obra y gracia del destino, hay instancias fundantes para el comienzo de esas carreras. Es el caso de los Juegos Evita, que reunieron en Mar del Plata a 12 mil jóvenes que se dieron cita con miras a conformar su futuro deportivo, como fue el caso el año anterior del atleta Braian Toledo, que nació en estas competencias y hoy es campeón mundial juvenil con una enorme proyección hacia delante.

Con esa ilusión de grandeza salen al ruedo los chicos. Con esa idea en mente está Jorge Iturre, de 14 años, que llegó a la costa atlántica bonaerense desde Tala, un pueblo del sur salteño, con pergaminos multifacéticos.

Arquero del equipo de fútbol representante de su provincia en la categoría Sub-14, fue figura entre sus compañeros durante la campaña que los llevó hasta Mar del Plata y clave durante el campeonato final. A tal punto se llenó de elogios su actuación que el propio Ubaldo Fillol, hoy subsecretario de Deportes, apuntó sobre las cualidades del joven.

“Tiene enormes condiciones, con gran capacidad de salto y un físico privilegiado. Hay que prestarle atención porque con estos torneos se descubre a futuros cracks como él”, señaló el ex campeón mundial. Y la visión de uno de los mejores arqueros de la historia del fútbol argentino es para tener en cuenta.

“Es un enorme elogio. Que esto te lo diga el Pato Fillol es para que te tiemblen las piernas. Disfruto de estos torneos para poder mostrarme, pero dentro de la cancha siempre intento divertirme”, comentó el chico que supo ser delantero en el club de barrio de Tala, hasta que a los 11 años se calzó los guantes. “Era malo en esa posición. No metía goles y entonces preferí atajar para no perder un lugar en el equipo”, se sinceró.

Pero su relación con el deporte no fue siempre abajo de un arco, pues el año anterior también estuvo presente en los Juegos Evita pero de la mano del atletismo, en la especialidad de lanzamiento de bala. Con ese panorama alcanzó las finales de 2009 con un buen papel. La promesa salteña en esta oportunidad decidió modificar el rumbo.

“Los profesores me decían que me presente en atletismo porque tenía muchas chances de ganar, pero preferí atajar porque a mis compañeros no se les iba a permitir participar en Mar del Plata”, aseguró. Es que los números le daban para lanzar su candidatura en bala, ya que superó la marca del año pasado y en 2010 registró 14,22 metros, muy cerca del record nacional de la categoría.

Pero tres días después, Iturre debía dejar a un costado la pechera y vestirse con el buzo de arquero para jugar la final de fútbol con su equipo en busca de un lugar en Mar del Plata. “Decidí priorizar la posibilidad de alcanzar una medalla con el grupo, más allá de lo que podía conseguir de manera individual”, remarcó. Y le salió bien, porque Tala venció 3-1 a Güemes. “Fue una alegría enorme porque se puede conocer mucha gente y que te observen.” Con ese objetivo llegó al mar.

Y no le fue mal a pesar de los resultados. Salta finalizó quinta en el torneo, a pesar de haber ganado cuatro partidos y perder uno por la mínima diferencia (frente a Corrientes, el campeón), el único tanto que le convirtieron. “Salí mal y ya no tuve tiempo para volver atrás”, se lamentó.

Hincha de Boca por herencia, quema los papeles a la hora de hablar de referentes. “Me fijo mucho en (Juan Pablo) Carrizo para aprender. Tiene mucha personalidad para manejar la defensa, y eso es clave para un arquero”, afirmó. Ese semblante es el que le permitirá dar el puntapié inicial en su carrera. El próximo mes tendrá la chance de jugar un amistoso ante la Novena de Estudiantes en City Bell y probarse en el elenco platense. Y allí espera el espaldarazo necesario. “Es difícil abrirse camino, pero hay que aprovechar las oportunidades. No sé dónde estaré a esta altura el próximo año”, definió. La carrera es fugaz e indescifrable, por lo pronto su hilo en el carretel comenzó a extenderse.

Informe: Matías Quercia.

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