Desde San Luis

Si hay un apellido Pernía de por medio, se puede apelar a la analogía futbolera. En la última carrera del año del TC2000, en el fabuloso circuito de Potrero de los Funes, Leonel Pernía –el hijo de Vicente Alberto– arranca a correr ganando 1-0. Parte noveno, sí, pero su único rival en la pelea por el título, Norberto Fontana, larga tres puestos atrás, desde la undécima posición. Al de Tandil (119 puntos) le bastará salir adelante del arrecifeño para coronarse; el piloto de Ford (110,5 unidades), en cambio, precisa entrar entre los cinco primeros y esperar que su rival de Honda no sume muchos puntos. El desafío del circuito, el calor que apretará cuando se largue la carrera a 18 vuelas (a las 13.15, televisa Canal 13 desde las 11), la tensión de una definición a casi 150 km/h auguran de todas maneras una enorme cuota de incertidumbre hasta la bandera a cuadros.

“Ganar el título sería como salir campeón con Boca –reconoce Pernía, que hizo las inferiores del club junto a Juan Román Riquelme–. A mí me habría gustado definir el título contra alguien del equipo, para estar seguro de que el campeonato se queda en casa, pero si le gano a Norberto será entonces doblemente meritorio, por lo que es como piloto.”

En desventaja desde el vestuario (o desde los boxes), Fontana puede aportar una cuota mayoritaria de emoción en la carrera de hoy. “Yo termino en el podio –le asegura a Página/12–. Después, se verá qué pasa con Leonel. Voy a ser fiel a mí mismo. Yo tengo que salir a todo o nada, a jugármela, no tengo alternativa, y creo que la carrera puede ser muy distinta en la segunda mitad.”

Si bien Pernía conserva la ventaja numérica y una mejor posición de largada, es la primera vez que define un título de automovilismo. A los 35 años, sólo lleva cuatro corriendo en TC2000. “No sé qué pasará por su cabeza –lo aguijoneó Fontana, que también nació en 1975 pero ya fue campeón de TC2000 en 2002–, pero cuando yo fui a definir mi primer título, me carcomían los nervios.” El líder del torneo no acusó recibo. “Sigo tranquilo. Pero al auto hay que mejorarlo y mis compañeros dejaron de ser aliados.”

Es cierto: ni Pechito López ni Mariano Altuna largan delante de Fontana. Y Néstor Girolami protagonizó un trompo en clasificación que perjudicó a Pernía. En cambio, Martín Basso, coequiper del arrecifeño, parte desde la pole-position (2m31s023, a 149,460 km/h). “Norberto la tiene difícil –reconoció–. En esta pista no es tan fácil pasar, la velocidad máxima de un TC2000 acá no supera los 220 km/h, y el asfalto está muy sucio.”

Sólo si Fontana supera a Pernía en la pista comenzará a funcionar la calculadora. “Pero los dos autos están muy parejos, no va a ser tan sencillo”, pronosticó el piloto del equipo Petrobras. Fontana, en ese caso, para salir campeón, precisa que su rival termine de séptimo para atrás.

Hay promesa de gran carrera. Fontana quiere llevar el título a Arrecifes, que una semana atrás celebró el de Agustín Canapino en el TC. Pernía, llevar otro título a la familia. “Pero mi viejo me tira encima la Intercontinental con Boca y me mata”, bromea. Es que ya arrancó ganando 1–0.