Con goles de Javier Zanetti y Diego Milito, Inter venció ayer 3-0 al Seongnam Ilhwa de Corea del Sur y pasó a la final del Mundial de Clubes, que deberá afrontar el próximo sábado ante Mazembe, el equipo congoleño que había dado la sorpresa al derrotar a Internacional de Brasil 2-0, en el primer partido de las semifinales.

En esta oportunidad, sin margen para la sorpresa, el campeón italiano dominó rápido el partido, con un tanto del serbio Dejan Stankovic a los tres minutos, para abrir un triunfo que completaron Zanetti y Milito, en un encuentro sin sobresaltos para los favoritos. Con esta victoria, el fútbol europeo, que se proclamó campeón en las tres últimas ediciones del certamen, alcanza su sexta final consecutiva y podría aprovechar la sorpresiva eliminación, el martes, del Inter de Porto Alegre para romper la igualdad 3-3 con Sudamérica.

Pero más allá del Mundial que se disputa en Abu Dhabi, el triunfo permitió al Inter atenuar su crisis futbolística, y le da oxígeno al entrenador español Rafael Benítez, que muestra dificultades en el Calcio: marcha séptimo, a 13 puntos del líder Milan. Tras sus últimas derrotas, frente a Lazio 3-1 en el torneo doméstico y Werder Bremen 3-0 en la Liga de Campeones, Inter se reencontró con una victoria y, ante Mazembe, buscará en la gran final del sábado su quinto título de la temporada.

“Es la primera vez que un equipo africano llega a esta instancia. Para ellos es muy importante y creo que será un equipo dificilísimo. Es un plantel que mereció llegar donde está, y no será sencillo ganarle”, comentó Benítez.

El partido no había comenzado bien para los italianos, ya que la lesión del holandés Wesley Sneijder en el primer minuto, que lo obligó a retirarse, sustituido por el brasileño Thiago Motta, complicó el panorama. Pero la preocupación duró poco y Stankovic al instante abrió el marcador tras aprovechar el desconcierto de la defensa asiática.

A pesar del golpe inicial, el Seongnam no perdió el orden y se mantuvo firme. Por eso Inter no consiguió desnivelar con facilidad. Hasta que en el minuto 32 llegó el tanto de la tranquilidad. Y tuvo sabor argentino, porque Zane-tti combinó con Milito, que lo dejó solo en el área, para que el capitán del equipo definiera.

En el complemento, Inter salió decidido a no asumir riesgos, consciente de las dificultades de su rival en la elaboración de juego, y reforzó el trabajo en el mediocampo. El gol de Milito, que aprovechó un rechazo en el área, tras un disparo cruzado de Eto’o, cerró el resultado y el pase a la final. “Vamos en busca de la Copa para finalizar el año de la mejor manera. Necesitamos un triunfo y debemos demostrar nuestra superioridad para evitar sorpresas”, afirmó el entrenador con la mente puesta en el Mazembe.