DEPORTES › TENIS EL CORDOBéS DAVID NALBANDIAN ANALIZó EL 2010 Y YA SE FIJA OBJETIVOS PARA LO QUE VIENE
El jugador, quien terminó en el 27º puesto del ranking mundial, se imagina un 2011 diferente y remarcó que está con motivaciones para recuperar el protagonismo en el circuito.
“Necesito mayor continuidad en el 2011. Y para eso será fundamental que no me persigan las lesiones.” Las palabras de David Nalbandian son contundentes. Y más peso tienen si se analiza un año que lo tuvo con problemas físicos en gran parte de la temporada. Es que el cordobés arrastró a lo largo del primer semestre su recuperación tras la operación en la cadera que lo ausentó de las canchas por nueve meses, desde mayo de 2009 hasta febrero pasado, cuando en el ATP de Buenos Aires regresó al circuito. En esa oportunidad, pasó las primeras dos rondas con facilidad, aunque luego de ganarle al español Gimeno Travers, un desgarro en su pierna derecha lo volvió a dejar fuera.
Así padeció entre regreso y lesión en el 2010. Por eso tiene en claro lo que pretende de ahora en más. “Mi objetivo es volver a estar en el Top Ten. Fue una temporada muy irregular, marcada por los problemas físicos. Con esas lesiones es muy difícil alcanzar algo de continuidad”, aseguró el número 27 del ranking, en diálogo con Página/12.
En plena pretemporada, Nalbandian busca remontar en lo físico, lo que sí consiguió en pocos meses en los números, a partir de su fuerza de voluntad y el semblante que lo caracterizan. Los datos lo demuestran: a mediados de año, cuando aún no se había recuperado completamente, se ubicaba más allá del puesto 150 en el escalafón mundial. En agosto arribó a Washington para comenzar su gira por canchas duras y sacó un resultado impensado: se consagró campeón y se convirtió en el único tenista del año en levantar un trofeo de ATP, sin estar entre los cien mejores tenistas de la actualidad. El título en tierras norteamericanas lo relanzó y de la noche a la mañana se metió entre los Top 50.
“La idea cuando volví de la lesión era estar entre los mejores 30, para empezar en el Abierto de Australia como cabeza de serie, pero ganar en Washington cambió todo, porque después de eso ya estaba 40. Y de esa manera uno no se conforma nunca. Lo que pasó fue anormal”, señaló.
Es que las dificultades en la cadera lo tuvieron a maltraer a pesar de la recuperación que le demandó prácticamente el 2009 íntegro, porque los cuidados que tomó desde su vuelta al circuito se notaban en el juego. “Al volver a la competencia intenté jugar puntos cortos. Cuando tenía que defender, luchar, pasar pelotas en algún punto importante, lo hacía, pero sin tomar demasiados riesgos. La idea era ir jugando más agresivo. Mientras era posible, el objetivo era no sufrir las consecuencias de la lesión”, destacó.
Aun así, esa tendencia para evitar complicaciones físicas no la llevó a cabo siempre. La Copa Davis es el reflejo. Tras el desgarro en Buenos Aires, su cauteloso regreso iba a darse en Indians Wells, en el primer Masters 1000 del año, pero Nalbandian decidió viajar a Estocolmo para disputar al frente del equipo argentino la serie ante Suecia. Y la apuesta le salió bien. Luego de superar en el dobles junto a Horacio Zeballos a la dupla que integraban Robert Lindstedt y Robin Soderling, cerró la victoria en el quinto punto frente a Andreas Vinciguerra y le dio a Argentina el pase a cuartos de final. Allí el desafío fue con Rusia, en Moscú. Y volvió a sacar su estirpe copera más allá del físico.
Con sus triunfos ante Nikolay Davidenko en el primer día y Mikhail Youzhny en el último, completó el 3-2 que les brindó a los dirigidos por Modesto Vázquez su lugar en semifinales. Sacó jugo del ranking retrasado que traía, pues le permitió concluir las series como segundo singlista del plantel. Pero en esa ronda, finalmente Francia derribó las ilusiones al imponerse 5 a 0 en París.
“Fue un año bastante movido en la Davis. Se hizo un muy buen papel, pero siempre queda la espina clavada de no poder consagrarse. Los partidos que gané fueron fundamentales. Me siento muy cómodo en el torneo, y me favoreció el ranking para definir las series. Pero necesitamos que todo el equipo esté al ciento por ciento físicamente para ganarla”, analizó el unquillense.
El rendimiento merma cuando el físico no lo permite, y los vaivenes con su cadera y la pierna derecha sólo dejaron que Nalbandian muestre todo su tenis en la Copa Davis y apenas un lapso en el circuito, cuando se coronó en Washington y luego alcanzara los cuartos de final en el Masters de Toronto, donde perdió con el escocés Andy Murray. Ganó 11 partidos consecutivos, algo que consiguió por primera vez en su carrera, justo en un año con pocos torneos disputados. “Fue algo impensado que me motivó para recuperarme completamente. Esos momentos son los que me van a permitir crecer de cara al próximo año. Quiero volver a estar entre los mejores del mundo.” Si las lesiones no lo persiguen, ese es su objetivo.
Entrevista: Matías Quercia.
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