El calor extremo de Qatar puede provocar una gran novedad en la historia del fútbol: la celebración en 2022 de un mundial en el mes de enero. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, cambió de idea y admitió ayer de forma clara que el Mundial de Qatar 2022 podría disputarse en enero para evitar el fuerte calor del país del Golfo Pérsico en junio y julio.

“Espero que se celebre en invierno (boreal)”, señaló ayer Blatter antes de la inauguración de la Copa de Asia en Qatar, que vive su primera prueba de cara al mundial de 2022. “Aún quedan once años, pero debemos decidir la época más conveniente y eso significa enero o final de año”, señaló el dirigente suizo. Ya anteriormente muchos expertos se habían mostrado partidarios de que el mundial se dispute en enero en vez de junio-julio. En esos meses, las temperaturas en el país árabe alcanzan los 50 grados, lo que había generado muchas críticas, especialmente desde Europa.

Cuatro semanas después de la polémica concesión del mundial, el jefe de FIFA dio la razón a expertos y médicos, que habían advertido que el fuerte calor podría afectar a futbolistas e hinchas. Las promesas de los organizadores de que los estadios estarán refrigerados a 25 grados parece que ya no convencen al ente rector del fútbol mundial.

Para que el mundial se dispute en enero, Blatter debería interpretar de nuevo sus propias reglas. Hasta ahora había rechazado un cambio de fechas, porque los países que querían albergar un mundial estaban obligados a planear en sus informes de candidatura un torneo para junio-julio. El polémico presidente de FIFA rechazó posibles protestas de los países que fueron derrotados por Qatar en la votación del 2 de diciembre en Zurich: Australia, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos. “El comité ejecutivo tiene el derecho de cambiar todo lo que está en la propuesta de la candidatura”, argumentó.

Una de las primeras personas en proponer que el mundial de 2022 se celebrara en invierno tras la polémica concesión a Qatar fue el alemán Franz Beckenbauer, miembro del ejecutivo de FIFA. Qatar recibió una nota negativa en un informe interno de FIFA por las altas temperaturas, pero eso no impidió que fuera el país elegido para ser sede del torneo de 2022. Las señales del cambio de opinión de FIFA quedaron patentes ya cuando el secretario general de FIFA, Jerome Valcke, antes de Navidad, expresó su simpatía por la idea de un mundial en enero, y cuando el presidente de la UEFA, Michel Platini, también dijo que lo veía bien. Y eso pese a que al poderoso y rico fútbol europeo le puede provocar muchos problemas que el mundial se dispute en enero en lugar de en junio-julio. El calendario, con dos partes, debería ser drásticamente remodelado, lo que implicaría un gran perjuicio para los clubes y las cadenas de televisión.