DEPORTES › MESSI LE SACó UNA CABEZA A CRISTIANO RONALDO
El rosarino fue decisivo en la victoria de la Selección sobre Portugal. Asistió a Di María en el primer gol y anotó el del triunfo, sobre la hora, de penal. Pero el equipo depende mucho de su talento.
La Selección de Sergio Batista pasó un nuevo examen. A pesar de algunos altibajos, de momentos de zozobra en el fondo y de ciertos problemas de funcionamiento, el conjunto nacional superó una nueva prueba, ante otro rival calificado y con la confirmación de la injerencia cada vez más relevante de Lionel Messi, pese a un esquema que no lo potencia. El 2-1 ante Portugal sirve para sumar el cuarto triunfo en cinco partidos en la era Batista, una marca interesante teniendo en cuenta que ya pasaron adversarios de jerarquía como España y Brasil. Claro que la expresada búsqueda de imitar el juego del Barcelona todavía está lejos de concretarse, aunque el pésimo estado de la cancha ayer puede tomarse como atenuante.
La idea casi fundacional de Batista de utilizar tres volantes centrales para mantener el control de la pelota genera efectos colaterales, que por momentos deslucen la premisa inicial. Con jugadores sin cambio de ritmo en el medio ni armadores naturales en la formación, la conducción volvió a recaer en los pies de Messi, que se vio obligado a buscar la pelota mucho más atrás de su hábitat natural, más allá de la declamada frase de Batista sobre que se iba a mover como centrodelantero. Entonces, con muchos rivales y sobre todo muchos metros por recorrer, su influencia decrece de manera notable. Por eso, la sensación que dejaron esos primeros 45 minutos fue que a Argentina le sobraba un 5, pero le faltaba un 10. Sólo la inmensa capacidad de Messi para avanzar en velocidad con pelota dominada logró el cambio de ritmo necesario, como se vio en la jugada que terminó con el gol de Di María, tras la genial asistencia del crack del Barcelona.
Ya en la segunda mitad, con el ingreso de Pastore, Messi encontró un socio para manejar el balón, lo que le permitió mantenerse más cerca del área. Entonces, los últimos veinte minutos de Argentina fueron los más eficaces en el campo rival, con un poco más de juego asociado y con situaciones frente a Rui Patricio. En ese lapso, Pastore generó dos chances, con un mano a mano que le ganó el arquero tras un pase mágico de Messi y con un cabezazo que rebotó en un travesaño luego de un tiro libre del Diez. Y el premio llegó con el penal en el final sobre el debutante Juan Manuel Martínez, que Messi convirtió con enorme jerarquía.
Claro que para evaluar ese rato también hay que tener en cuenta que a esa altura los cambios habían desvirtuado un poco el desarrollo. Portugal, que en los primeros 60 minutos se había mostrado más compacto y con una idea de juego más concreta, ya no tenía sobre el terreno a sus mejores hombres y lo sintió. Ya no estaba Hugo Almeida, que había martirizado por arriba a los centrales argentinos, que le había ganado a Burdisso en la jugada del gol de Cristiano Ronaldo y que se había perdido una ocasión increíble, a centímetros de la línea tras un error de Romero luego de un remate del crack del Real Madrid. Y tampoco estaban Cristiano y Nani, que por los costados habían generado mucho desequilibrio, tanto por la zona de Zanetti como por la de Rojo.
Lo peor de Argentina estuvo en el tramo que fue desde el empate portugués al cuarto de hora inicial de la segunda mitad. En ese pasaje, el pressing portugués expuso a los defensores y a los medios argentinos, que no encontraban salida limpia y perdían la pelota en zonas peligrosas. Allí el que más padeció fue Mascherano, que, lento y fuera de ritmo, se vio obligado a apelar a las faltas para controlar a Cristiano. Sólo la fortuna y la impericia de Almeida impidieron que Portugal aprovechara ese tramo para vulnerar a un inseguro Romero. Obviamente, ese rato también coincidió con el de menos participación de Messi, algo que el equipo de Batista todavía no puede disimular. Pero, por suerte, su influencia es cada vez mayor, como para resolver a favor partidos que parecen encaminados al empate.
2- ARGENTINA
Romero; Zanetti, Burdisso, Milito, Rojo; Banega, Mascherano, Cambiasso; Di María, Messi, Lavezzi.
DT: Sergio Batista.
1- PORTUGAL
Eduardo; Joao Pereira, Rolando, Bruno Alves, Fabio Coentrao; Martins, Meireles, Joao Moutinho; Nani, Almeida, Cristiano Ronaldo.
DT: Paulo Bento.
Arbitro: Massimo Busacca (Suiza).
Estadio: Ginebra.
Goles: 14m, Di María (A); 21m, Cristiano Ronaldo (P); 90m, Messi (A), de penal.
Cambios: 45m, Rui Patricio por Eduardo (P); 60m, Quaresma por Nani, Postiga por Almeida y Danny por Cristiano (P); 62m, Zabaleta por Zanetti y Gago por Banega (A); 65m, Pastore por Di María (A); 78m, Biglia por Cambiasso (A) y Veloso por Meireles (P); 83m, J. M. Martínez por Lavezzi (A); 84m, Machado por Martins (P).
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