Con dos goles de Diego Valeri, que llegó ayer a su centenar de partidos con la camiseta de Lanús, el conjunto que dirige Gabriel Schurrer venció 2-1 a Quilmes, que había igualado transitoriamente de la mano de Pablo Garnier. Así, arribará al clásico con Banfield de la próxima fecha fortalecido, mientras que el elenco conducido por Leonardo Madelón sigue sin sumar puntos y se hundió más en su lucha por mantener la categoría.

Lanús salió convencido de su superioridad y lo demostró desde el comienzo del partido. Mauro Camoranesi corrió con pelota dominada desde su propio campo y combinó con Valeri, quien superó la marca de la defensa visitante y sólo ante el arquero picó el balón para abrir el tanteador. Con el resultado a favor, el equipo local se dedicó a manejar el encuentro con las asociaciones que generaba desde el mediocampo.

Quilmes se despertó recién a la media hora del juego y tuvo sus chances para la igualdad. Garnier primero remató desde afuera del área para que Mauricio Caranta despejara el peligro. Después, tras un corner, el ex volante de Arsenal no pudo conectar el balón cuando había quedado libre en la puerta del área chica, y el arquero cordobés volvió a evitar el empate. Pero la tercera fue la vencida. Garnier cabeceó un centro de Ariel Bro-ggi desde la izquierda y decretó el 1-1 a los 34 minutos. Sin embargo, tres minutos más tarde, cuando parecía que todo cambiaba, Lanús no le dio tiempo para festejar a Quilmes. Valeri tomó la pelota y sin marca remató para volver a poner la ventaja frente a una pobre respuesta de Galíndez.

El complemento viró el panorama. Madelón envió a su equipo más adelante y estuvo cerca de la igualdad, pero las atajadas de Caranta y la falta de precisión en los últimos metros, no se lo permitieron. Con el correr de los minutos esa potencia fue perdiendo fuerza, y Lanús, aunque sin la claridad con la que supo inquietar en el primer tiempo, se asentó en la cancha para sumar tres puntos que lo dejan bien parado de cara al clásico con Banfield de la próxima semana.