DEPORTES › OPINIóN
› Por Facundo Sava *
Hacía mucho tiempo que no disfrutaba tanto al ver jugar a un equipo que no fuera Barcelona como el sábado pasado con la Selección Argentina ante Estados Unidos; cuando terminó la etapa inicial me descubrí aplaudiendo un fútbol que me identifica.
Sergio Batista se cansa de hablar de Barcelona y no se queda en palabras: la felicidad que transmitían las caras de Messi, Di María, Lavezzi, en fin, de todos, era un resumen de lo bien que la estaban pasando dentro del campo.
Fue un placer verlos jugar: Andújar usando mucho los pies como Víctor Valdés, dándole continuidad al juego; los laterales pasando siempre al ataque (quizá sin la verticalidad de Dani Alves, pero siempre con esa intención de arrastrar marcas y liberar a Messi y al resto); Mascherano siguiendo con su curso acelerado de jugar de otra manera; Banega y Cambiasso en el medio (los laterales son para los marcadores de punta y los extremos) y llegando al área. Los tres de arriba muy conectados, siempre con opciones de pase en todas las direcciones, muy verticales, muy peligrosos.
Pero no es solamente la Selección Argentina la que está imitando el modelo de los catalanes. Hay, en muchos entrenadores, la idea de copiar este estilo que tiene cuna en Holanda y el Barcelona practica desde hace mucho tiempo.
Fabio Capello, el técnico italiano de Inglaterra, con equipos siempre parados cerca de su arquero, les mostró a los jugadores videos del Barcelona. El objetivo: analizar la presión que ejerce en el campo rival y los movimientos colectivos para tener la pelota la mayor parte del partido. Cambió su 1-4-4-2 al 1-4-3-3 que usa Guardiola y a los 20 minutos del partido ante Gales, por las Eliminatorias de la Eurocopa 2012, su equipo ganaba 2-0.
Holanda le ganó 4-0 a Hungría. “Jugamos igual que Barcelona”, dijo Ibrahim Afellay, jugador de la selección naranja y también del equipo catalán. Ayer volvió a vencer a los húngaros, esta vez 5-3.
España se adelantó a todos y con ese sistema ganó el Mundial de Sudáfrica y, dos años antes, la Eurocopa. En Madrid tuve la oportunidad de dialogar con Fernando Hierro, ex jugador y actual coordinador de fútbol de las selecciones españolas: “Todas las categorías nacionales usan la idea y el sistema de juego de Barcelona”, me explicó.
Mano Menezes, entrenador de Brasil, se reconoce fanático del método del equipo catalán; Joachim Low, técnico de Alemania, también ha admitido en público su debilidad por el sistema de Barcelona y se la transmite a sus jugadores.
Pero, volviendo a Argentina, noté que hay algo que hace diferente (también se lo vi hacer a Huracán el sábado contra Gimnasia, lo que me causó una gran sorpresa): en los tiros libres como el que provocó el gol de Estados Unidos, tanto el Barça como Huracán salen tres metros afuera del área grande para no terminar tan cerca del arquero propio y estar expuesto a que cualquier toque sea gol.
Así le hicieron el gol del empate a Andújar en New Jersey. Los arqueros no pueden tener reacción cuando la jugada concluye tan cerca de su cuerpo. Y la otra gran diferencia es en la marca en el área en jugadas de pelota parada: el Barcelona marca en zona y el equipo de Batista hace hombre a hombre.
De los equipos del Clausura, y más allá de las excepciones ya habituales de Vélez y Estudiantes, se encuentran pocas coincidencias con los catalanes: en la pasada fecha del Clausura los últimos minutos de Independiente, algo de Lanús, River cuando entró Buonanotte, algunos momentos de Tigre.
Para la mayoría, la única forma de poner seis jugadores en situación de gol es con tiros libres al área desde cualquier parte de la cancha.
Ojalá que esta nueva moda de copiar el buen juego llegue más a la cabeza de los protagonistas de nuestro fútbol. Vélez, Estudiantes y, cada vez más, la Selección de Messi y Batista me dan esperanzas.
* Ex futbolista.
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