Hace quince días mostró cuánto podía alcanzar su nivel cuando superó 3-2 a Vélez, quien hasta ese momento marcaba el ritmo del Clausura como líder absoluto. Una semana después, con un triplete de Silvio Romero fue contundente y venció 3-0 a Tigre, como visitante, para mantenerse a la expectativa. Ayer, confirmó su realidad. Lanús goleó 3-0 a Huracán con un fútbol de alto vuelo, se aprovechó de un deslucido rival que pena por su promedio y quedó a un punto de la cima del torneo para alzarse como indiscutido protagonista en la lucha por el título.

Los goles de Diego Valeri, el propio Romero y Guido Pizarro fueron la consecuencia de un encuentro que resultó predecible desde el comienzo. El conjunto que dirige Gabriel Schurrer crece día a día en su rendimiento, y supo siempre que era superior. Mientras tanto, el equipo de Parque Patricios evidenció nuevamente los serios problemas anímicos que ya lo ubican a un paso del descenso directo al Nacional B.

Al partido le sobró un tiempo. El complemento estuvo de más. Es que Lanús armó a su antojo y jugó como quiso de principio a fin. A excepción de los primeros diez minutos, en los que Huracán fue puro entusiasmo e intentó más con ímpetu que fútbol, el resto estuvo a cargo de lo que pudiera hacer el dueño de casa. Las ganas del visitante se terminaron cuando Valeri estampó la apertura del marcador. A los 12, el volante de la Selección Argentina tomó la pelota fuera del área tras una serie de rebotes y remató libre para decretar el 1-0. Allí concluyeron las ilusiones del elenco que conduce Roberto Pompei.

Y Lanús se soltó. Optó por desplegar a sus jugadores por toda la cancha y que el balón corriera. Mauro Camoranesi como administrador era el que manejaba la batuta en una orquesta que demostró una vez más la paciencia e inteligencia de Pizarro para encontrar el pase justo, la habilidad de César Carranza para hallar el espacio libre y el despliegue de un Valeri que volvió a cubrir su cuota de goleador. Además, la potencia y la capacidad de Romero para jugar de espaldas al arco rival complementaron una tarde en la que Lanús hizo todo lo que pretendió.

A los 32 minutos, Luciano Balbi desbordó y combinó con Agustín Pelletieri, que ubicó a Carranza. El ex Chicago profundizó con un pase preciso a Pizarro, que abrió los ojos y cuando podía definir ante la salida de Monzón eligió la mejor opción al dejar con el arco vacío a Romero: 2-0. En el cierre del primer tiempo, fue Pizarro el que selló un golazo luego de un contagolpe contundente.

El complemento sólo tuvo la fuerza de voluntad de Rolando Zárate en Huracán y la falta de puntería del uruguayo Mario Regueiro para hacer más abultada la victoria. Lanús bajó la velocidad, reguló y prefirió quedarse con unos 45 minutos iniciales de lujo, que confirman su realidad de candidato. Hace dos semanas volvió a poner en juego al Clausura tras vencer a Vélez. Hoy, todavía con hilo en el carretel para llegar al pico de su rendimiento, se ve a sí mismo en condiciones de ganarlo.

Comentario: Matías Quercia.

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