No es el Santos de Pelé, sino el de Neymar, un crack en torno del que gira este equipo sólido, dirigido por Muricy Ramalho, el mismo que armó al Inter de Porto Alegre ganador de la Copa Sudamericana y que más tarde conquistó la Copa Libertadores conducido por Jorge Fosatti. Este es el primer finalista de la Copa, un torneo que ya ganó en 1962 y 1963, cuando Pelé y Coutinho fabricaban maravillas con la pelota.

Además de Neymar, titular de la Selección de Brasil que vendrá a defender la Copa América, también se destacan Elano –que jugó el Mundial de Sudáfrica en el equipo que dirigía Dunga–, el volante Paulo Henrique Ganso, el zaguero Edu Dracena (expulsado, no podrá jugar el primero de la final) y el arquero Rafael. Defiende el prestigio del fútbol brasileño, porque fue el único que pasó a cuartos, tras las sorpresivas eliminaciones de Cruzeiro, Inter, Gremio y Fluminense.

En la fase inicial de la Copa, Santos ganó el Grupo 5 con tres victorias, dos empates y una derrota. En octavos eliminó al América (1-0 en Vila Belmiro y 0-0 en México), y en los cuartos sacó a Once Caldas, ganándole 1-0 en Colombia e igualando 1-1 como local. En esta semifinal superó 1-0 a Cerro Porteño en Brasil y empató 3-3 el miércoles a la noche en Asunción.

El Santos posee un riquísimo historial, con nueve títulos brasileños, 19 títulos del estado de San Pablo, cinco títulos regionales, dos Libertadores, dos Intercontinentales (1962, 1963), una Supercopa y una Copa Conmebol. Tendrá una buena oportunidad de sumar otro campeonato, ya que define como local, no en su estadio de Vila Belmiro, sino en el Pacaembú o el Morumbí, en San Pablo.