El partido clave entre River y Belgrano que determinará cuál de los dos clubes jugará la próxima temporada en Primera División se jugará finalmente con público, según lo informó anoche oficialmente la Asociación del Fútbol Argentino. La posibilidad de jugar a puertas cerradas había surgido a partir de los incidentes ocurridos el miércoles en Córdoba, cuando una veintena de hinchas de River invadieron el campo de juego para hostigar a los integrantes del equipo, que terminó perdiendo por 2-0. La determinación de que se juegue con público en el Monumental la tomó el Comité de Seguridad Deportiva, después de una ronda de consultas que incluyó a varios funcionarios de primera línea. Durante la jornada, el gerenciador de Belgrano, Armando Pérez, había dejado en claro la posición del club cordobés: “Aceptaría jugar a puertas cerradas. Aunque jugar sin público sería una ventaja deportiva para River”.

Lo cierto es que River atraviesa el peor momento de su historia centenaria. La derrota lo golpeó duro y quedó inmerso en un clima de nerviosismo y hostilidad creciente. Luego de arribar de Córdoba, el plantel millonario evitó entrenarse en el Monumental, como estaba previsto, y se dirigió al predio del Hindú Club de Don Torcuato, donde quedó concentrado y recibió la visita del presidente de la entidad, Daniel Passarella, que no había viajado a Córdoba y ahora se quedará acompañando al plantel hasta el domingo. En el lugar, los jugadores y cuerpo técnico recibieron varias visitas y llamados de apoyo de ex glorias de la institución, quienes manifestaron su respaldo en este difícil momento.

Para evitar inconvenientes, las autoridades de River decidieron reforzar la seguridad en las cercanías del Hindú Club, ya que varios de los micros que llegaban desde Córdoba con hinchas y barrabravas millonarios se dirigieron hacia la zona.

Pero en el Monumental, la tensión fue ganando la calle. Unos 400 hinchas autoconvocados, quienes esperaban a los jugadores con un banderazo que en un principio iba a ser de apoyo terminaron expresando su queja contra los responsables de este presente, apuntando sus cantos principalmente contra Passarella y los jugadores y el cuerpo técnico.

No terminó bien el asunto, porque mientras el Comité de Seguridad se encontraba reunido para determinar si el partido del domingo en el Monumental se debía jugar con o sin público, la tensión entre estos hinchas autoconvocados creció y terminó en corridas, con la intervención de camiones hidrantes de la Policía Federal. Cuando la infantería arremetió contra los hinchas, un grupo violó las puertas del club y se perdió entre las instalaciones. Luego la tensión mermó y entonces los autoconvocados se tranquilizaron y volvieron a reagruparse.

El plantel se quedará en Don Torcuato hasta el día del partido, en el que para conservar la categoría River deberá imponerse ante los cordobeses por una diferencia de dos goles, ya que en caso de empatar en puntos y goles se verá beneficiado por la denominada ventaja deportiva y así podrá conservar la categoría. Aunque no podrán jugar el encuentro por haber recibido en la cancha de barrio Alberdi su quinta tarjeta amarilla, el capitán Matías Almeyda y los defensores Paulo Ferrari y Adalberto Román quedaron igualmente concentrados con el resto del grupo. La idea del entrenador es retornar al trabajo hoy para comenzar a diagramar el equipo que saldrá a buscar la hazaña ante los cordobeses.

Por su parte, el club expresó anoche en un comunicado desde su página web que “la semana entrante, Daniel Passarella dará una presentación periodística donde expondrá capítulo por capítulo todos los entretelones que condujeron a este presente, así como la situación de rehabilitación del club, auditoría y balances, y cada uno de los temas que nuestros socios e hinchas tienen derecho a conocer”.