DEPORTES › LA CAMPAÑA 2011 DE RIVER COMO LOCAL
Para escaparle al descenso, el equipo de Núñez debe ganar por dos goles de ventaja en el Monumental. Pero los antecedentes inmediatos no son muy alentadores: sólo dos goles a los últimos.
La ecuación es clara: para resolver el dilema del descenso, River debe marcar al menos dos goles en su estadio, el domingo. No le sirve un empate ni tampoco una victoria por menos de un gol de diferencia. Pero en el pasado inmediato, la campaña que el conjunto de Núñez hizo como local en el Clausura arroja sombras sobre la esperanza de los hinchas.
Desde el arranque del torneo, River jugó diez partidos como local, ante el aliento y, también, la presión y la ansiedad de sus hinchas. Ganó tres partidos (en la 2ª, 7ª y 9ª fechas), empató otros tres y perdió cuatro (en la 5ª, 11ª, 13ª y 19ª). Sacó el 40 por ciento de los puntos en esa campaña casera y marcó una tendencia: ganó más al principio, perdió más al final, cuando los nervios y la tensión fueron ganando terreno.
La suerte ha sido cambiante: a San Lorenzo lo vencía, en la 15ª fecha, cuando Juan Pablo Carrizo cometió el error que significó el empate rival; en cambio, a Colón, en la 17ª fecha, le empató recién cerca del final. En el balance, no puede argumentarse que la mala fortuna perjudicó excesivamente la campaña en esa condición.
En los 20 partidos que River lleva disputados de manera oficial este año, solo convirtió dos goles en dos encuentros, ambos en el estadio Monumental. Contra Huracán (2-0) en la segunda fecha del torneo, en febrero, y ante Newell’s (2-1), en la séptima fecha, en marzo. Es decir, hace casi tres meses que no convierte dos tantos en un encuentro, y necesita hacerlo el domingo para mantenerse en Primera.
El dato llamativo es que Huracán y Newell’s terminaron siendo los dos últimos equipos de la tabla de posiciones del Clausura. De todas maneras, no hay que perder de vista que Belgrano de Córdoba se clasificó cuarto en el torneo de la B Nacional.
El déficit de gol de River fue ampliamente difundido. Los planteos defensivos de J. J. López, la disposición táctica (siete jugadores para defender, tres para atacar), la escasa eficacia de los delanteros, explican ese déficit: en todo el torneo señaló apenas 15 goles, a un promedio de 0,75 gol por partido (incluyendo el del miércoles).
Ese promedio aumenta si se consideran solamente los partidos disputados por el equipo de banda roja en el Monumental: 10 goles en diez partidos. Pero sigue siendo la mitad de lo que River necesita para poder zafar del descenso.
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