Desde Santa Fe

La decepción pintada en los rostros de Pastore, Higuaín, Burdisso, Tevez y Zanetti tras la eliminación.

Un gran primer tiempo, una opaca segunda mitad y unos chispazos en el suplementario le alcanzaron a Lionel Messi (7) para ser de nuevo el mejor jugador argentino. Con sus arranques electrizantes, con su idea de generar faltas y con un pase fantástico para que Higuaín convirtiera el gol del empate se ganó los aplausos del público argentino. Le faltó continuidad en la segunda mitad y por eso le bajó su calificación. En el suplementario volvió a levantar, pero no tuvo precisión en la definición y perdió dos chances para ganar el partido.

Un escalón más abajo se ubicaron Sergio Romero (6), Fernando Gago (6) y Gonzalo Higuaín (6). El arquero no tuvo mucho trabajo, pero brindó seguridad y tuvo una salvada muy importante ante un mano a mano con Forlán. Para el volante del Real Madrid, su calificación también es producto de un muy buen primer tiempo y una deslucida segunda mitad. Cuando Argentina lució bien, en gran parte fue por Gago, que limpió siempre la jugada y tocó con claridad para comenzar los avances. Cuando su nivel decayó, el equipo lo sintió. Para el centrodelantero, el partido estuvo marcado por su gran gol de cabeza y por un par de chances en las que no tuvo fortuna, sobre todo con un zurdazo cruzado que devolvió el palo y una media vuelta que le tapó Muslera. Pero se movió con inteligencia y terminó redondeando un partido más que aceptable.

Por los laterales, Zabaleta (5) y Zanetti (5) volvieron a mostrar un rendimiento irregular, alternando buenas y malas. El jugador del Manchester City siempre se animó más en ataque, aunque no terminó generando nada demasiado peligroso. Y en defensa, le costó cuando Forlán y Suárez se tiraron a sus espaldas. Para el capitán del Inter, otra vez pasó inadvertido, aunque a su favor hay que anotar el pase para el tiro en el palo de Higuaín. Al igual que Zabaleta, ganó y perdió cuando lo encararon. Agüero (5) y Di María (5) no pesaron en el juego y terminaron siendo reemplazados. Como Argentina generalmente volcó el partido para la derecha con el tandem Gago-Messi, la pareja izquierda entró poco en contacto con la pelota.

Los dos centrales, Burdisso (4) y Milito (4), fueron de los puntos más bajos del equipo. Perdieron seguido con Forlán y Suárez en el cuerpo a cuerpo y ninguno de los dos pudo tomar a Lugano en las pelotas detenidas. Para colmo, abusaron de las infracciones, provocando muchas chances para el conjunto uruguayo. Lo mejor lo mostraron en los primeros minutos, cuando se pararon bien adelante, achicaron los espacios y anticiparon a los delanteros rivales. La peor calificación del equipo recae para el capitán Mascherano (3), que jugó uno de los peores partidos con la camiseta de la Selección. Le ganaron mucho las espaldas, no tuvo precisión en los pases y abusó de las infracciones, lo que le valió la roja, con el agravante, que la segunda amarilla llegó sobre el final de los 90’, por una falta a Suárez, que estaba encerrado por la línea a 60 metros del arco argentino.

Los suplentes tuvieron un ingreso dispar. A Pastore (5) le pesó la responsabilidad del partido. Buscó asociarse con Me-ssi, pero no tomó decisiones. Se fue soltando con el correr del juego y lo mejor lo mostró en el segundo suplementario. Tevez (4) entró incómodo al partido y se lo terminó de comer el desorden cuando pasó a la línea de volantes por la expulsión a Mascherano. Aportó más confusión que juego. Y, para colmo, falló el penal en la definición. Biglia (6) se mostró criterioso con la pelota y reemplazó con acierto a Gago, como patrón de la mitad de la cancha, en especial en último cuarto de hora, cuando Argentina más cerca estuvo de la victoria.