Estudiantes no levanta cabeza. Ayer cayó en su estadio 3-1 ante Tigre y la continuidad de su entrenador, Miguel Angel Russo, está en duda. Con un primer tiempo para el olvido, pues recibió los tres tantos del rival, el equipo platense se mantiene en el fondo de la tabla de posiciones, todavía no ganó en el Apertura, y ya no tiene la Copa Sudamericana como objetivo para escudarse.

El conjunto que conduce Rodolfo Arruabarrena aprovechó el ciento por ciento de sus chances en la etapa inicial y con eso le alcanzó para llevarse los tres puntos que le permiten encaramarse entre los protagonistas del certamen. Carlos Luna abrió el marcador a los 5 minutos al definir con clase y le brindó al visitante la tranquilidad necesaria. Pero el quiebre definitivo se dio al promediar la primera parte, cuando Albil bajó a Maggiolo en el área. El árbitro marcó el penal y la expulsión del arquero. Y Morales puso el 2-0. El minuto fatal de Estudiantes se extendió porque 60 segundos después Román Martínez aumentó el tanteador.

En el complemento el local descontó rápido con un gol en contra de Casteglione, pero le faltó el fútbol y la fuerza de voluntad para revertir una derrota que compromete su futuro y el de su entrenador.