Peñarol se dio el gusto de estrenar de la mejor manera su bicampeonato de la Liga Nacional de básquetbol al vencer 77-58 a Quilmes en el clásico marplatense, que sirvió de encuentro inaugural de una nueva edición del certamen. Sin embargo, la noche resultó agridulce para el conjunto de Sergio Hernández, ya que su base y capitán, Sebastián Rodríguez, anunció que debe abandonar su carrera por una afección cardíaca.

Los 18 puntos que sacó Peñarol en el primer parcial (28-10) condicionaron el posterior desarrollo del clásico, que contó con más de 7500 espectadores. El campeón disimuló las ausencias de Rodríguez y Marcos Mata y, comandado por Facundo Campazzo, goleador del juego junto con su compañero Kyle Lamonte con 18 puntos y 6-6 triples, tomó claras ventajas. La gran diferencia entre ambos estuvo en los lanzamientos externos, ya que Quilmes falló los doce intentos que hizo. Como el equipo de Daniel Maffei nunca logró bajar la diferencia a menos de 14 puntos, Peñarol llegó con mucha comodidad al final para estirar su ventaja en el historial ante el rival histórico. En Quilmes debutó Román González, ex pivot de Peñarol y la Selección Argentina, que tuvo una opaca labor, con 14 puntos, aunque la mayoría cuando el partido estaba resuelto.

Tras el partido, la dedicatoria de la victoria fue para Rodríguez, que antes del juego había anunciado su retiro obligado. “El médico me confirmó que no puedo volver a jugar al básquet. Esto es de lo más duro que me pasó en la vida”, contó el base marplatense, que obtuvo ocho títulos en el club, entre ellos dos de la Liga Nacional. Además, había ganado una con Boca, también con Hernández como entrenador. “Prefiero perder todos los partidos con Tato, que ganar otra liga sin él”, dijo Hernández.