A Boca le llegó la primavera, a pesar del frío. Con el 1-0 sobre Estudiantes, mucho más cómodo en el desarrollo que en el marcador, el equipo de Falcioni sumó un nuevo triunfo y ya les sacó cuatro puntos a sus escoltas, Racing y Rafaela. Clemente Rodríguez anotó el único gol en el primer tiempo.

Los jugadores de Estudiantes escucharon con atención la charla técnica de Russo y por eso no dudaron en salir a presionar a Boca bien arriba, provocándole errores en la defensa, sobre todo por la franja derecha, donde Carrillo encimaba a Roncaglia. Boca, en cambio, buscaba serenidad con el manejo de pelota de Riquelme en la zona de volantes, aunque no conseguía resolver bien por los costados, donde ni Rivero ni Erviti se ofrecían claros para la descarga.

Pero las palabras del ex DT de Boca se las llevó rápidamente el viento para cuando Boca logró salir de su campo, siempre gracias al bueno de Riquelme, que hasta se lo vio retrocediendo a la posición de Somoza para encontrar la pelota. Estudiantes no disimulaba ya su propuesta de defenderse en su campo con dos líneas de cuatro bien pegadas, dejando a Coria como enlace y un solo delantero, Carrillo, como punta.

Boca insistió en su búsqueda y, a los 17, tras una buena combinación entre Erviti, Riquelme y Clemente, consiguió abrir el marcador. Clemente envió el centro, Viatri la bajó frente a la salida de Albil y Mouche encontró la pelota para sacar un cabezazo que se estrelló contra el palo y que luego el propio Clemente aprovechó para darle con la derecha al otro palo. Los hinchas de Boca, que a pesar del frío habían prácticamente colmado la Bombonera, explotaron y un fuerte aliento comenzó a bajar de las tribunas. Y al festejo le siguieron los oles y más aliento: “Y vamos Boca que hoy no podemos perder, y vamos Boca que hoy tenemos que ganar, daría la vida por un campeonato y una vuelta más...”. Es que a pesar del frío y el viento del sudeste, que castigó sin tregua a la Bombonera, los hinchas viven el presente como si se tratara de una eterna primavera, de un renacer.

Y Riquelme continuó su monólogo y fue despertando aplausos, mientras que Estudiantes comenzaba a sentirse perdido y ya ni siquiera tenía a su arquero Albil que, como consecuencia del choque con Viatri en la jugada del gol, acusaba un mareo y fue reemplazado por Silva. Estudiantes cambió el libreto y buscó abrir la cancha, y si bien eso favorecía un poco el juego colectivo, también le dejaba a Boca espacios que podía explotar peligrosamente. Boca estuvo muy cerca del segundo tras un centro de Mouche que Insaurralde cabeceó solo sobre el segundo palo apenas desviado. Y algo quedaba bien claro: Boca, que no parece tener inconvenientes para fortalecer fecha a fecha su candidatura al título, dominaba sin sobresaltos ante un Estudiantes que esperaba su chance apostando más a un error ajeno que a sus propias virtudes.

Era pobre la propuesta del equipo platense y Boca se animaba cada vez más. Ya cuando la sociedad Riquelme-Clemente hizo su aparición estelar, todo en la Bombonera remarcaba la gran diferencia entre el local y la visita, que se alejaba del gol y casi no reaccionaba ante la exigencia del equipo de Falcioni. Por momentos, Boca hacía prácticamente todo bien, pero no tenía claridad en los últimos metros como para liquidar el partido. Por eso intentó sorprender con remates desde afuera, pero se encontró con muy buenas respuestas del ingresado Silva. Aunque el trabajo estaba hecho.