DEPORTES › OPINIóN
› Por Facundo Sava *
Una de las cosas que más me llamaron la atención de los entrenamientos de Barcelona fue la velocidad y la naturalidad de los jugadores para recuperar la pelota, en los ejercicios de posesión y trabajos reducidos que suele ordenar el entrenador Josep Guardiola.
En el análisis del partido que el Barça jugó el domingo contra el Athletic de Bilbao, tomé nota de la cantidad de veces que cada equipo recuperó el balón.
En el primer tiempo, el Bilbao recuperó 32 pelotas de mitad de cancha hacia atrás y sólo 10 de mitad hacia adelante. De dos de ellas, una fue gol y la restante, una chance de mucho peligro.
Barcelona, en cambio, volvió a conquistar la pelota en ese lapso 27 veces en su propio campo y 21 en el contrario. Una también fue gol. Entre las restantes hubo buenas opciones de riesgo.
En el segundo tiempo, y al igual que en el primero, Barcelona recuperó la pelota en campo ajeno el doble de veces que el Bilbao. Esto le permitió mayor posesión: 59 por ciento en el período inicial y 66 por ciento en el complemento, pero alejado del 74 por ciento que promedia, un dato que habla muy bien del conjunto vasco que dirige Marcelo Bielsa.
“Lo que hace Barcelona asombra. Hay un hombre libre a 50 metros de la pelota y le llega. Recuperan la pelota y están rodeados pero encuentran la salida. El campo está lleno de agua y ellos hacen pases dentro del área”, elogió el propio Bielsa tras el partido.
“Esta producción futbolística de Barcelona agrega cultura, y les doy un ejemplo –siguió Bielsa–: en Bolivia, cuando un jugador patea desde media distancia, se escucha ese ‘uy’ que precede al gol; en Argentina hay un centro atrás y pasa lo mismo; en Barcelona, en cambio, esa sensación previa al gol se escucha ya cuando el equipo da la vuelta y parte desde un corner, por caso.”
“Este movimiento transversal de Barcelona, que en otros casos generaría ansiedad porque el público es poco tolerante y tanto el DT como los jugadores interpretan que tirar el corner es la mejor opción de gol, aquí genera reconocimiento. El mensaje de este equipo es de estilo y contracultural, porque va en contra de lo que sucede en el fútbol actualmente”, concluyó Bielsa.
Pinto, arquero suplente de Barcelona y con quien jugué en el Celta de Vigo, me comentó: “Nosotros corregimos mucho a través del video, tanto cosas del equipo como cuestiones personales”.
Lo mismo hace Bielsa y lo mismo, por citar otros ejemplos, el actual DT de Valencia, Unai Emery (a quien tuve en Lorca), y José Mourinho, hoy en el Real Madrid. Acá en Argentina, en cambio y salvo algunas excepciones, no está instalada la importancia del video o del análisis que el video permite.
Tanto Bielsa como Guardiola estudian a fondo a su rival. A los dos les gusta presionar arriba y tener la pelota. “Cuando el balón está en campo contrario, yo estoy tranquilo –dice Pep–. Por eso siempre entreno con pelota, porque la pelota para los jugadores es como un hueso para los perros. ¿Cómo se la voy a sacar?”
El partido dejó movimientos interesantes para analizar: la elaboración de Barcelona, la verticalidad de Bielsa, la marca de uno y otro en las acciones defensivas. Seguramente ambos aprendieron mucho del otro. Y todos tenemos la obligación de aprender de ellos para hacer volar al fútbol.
* Ex futbolista, entrenador.
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