Era un partido histórico. Por primera vez, River visitaba Puerto Madryn, y es por eso que la ciudad estaba eufórica. Sin embargo, la fiesta fue para los dirigidos por Matías Almeyda, que aplastaron 4-1 a Brown y alcanzaron a Instituto, aunque de forma provisoria, en la punta del campeonato.

Con el viento como protagonista, River, dolido por la dura derrota ante Atlético Tucumán, salió, como se dice, a comerse a los chicos crudos. Sánchez y Ocampos poco a poco ganaban las bandas, y la pelota merodeaba muy cerca del arco de los locales. Pero tras los primeros minutos, esa intensidad cayó, Brown entró en partido y tuvo la primera situación clara de gol, a los 10 minutos, cuando Giménez remató rasante y cruzado, enviando la pelota cerca del palo de Chichizola. Los chubutenses comenzaron a adelantarse en el campo, emparejaron las cosas y se animaron a faltarles el respeto a los de Núñez, que no encontraban su lugar en la cancha y estaban desorientados en el medio.

Pero en el peor momento de River, Brown se desconcentró y lo pagó. Alejandro Domínguez, la figura del encuentro, pateó un tiro libre desde la izquierda al primer palo y Ocampos, que saltó increíblemente solo, anticipó al arquero Pereyra, de muy floja reacción, y con la cabeza abrió un encuentro que comenzaba a tornarse muy difícil para los de Almeyda. Un minuto después, Pereyra volvió a fallar y Abecasis, tras una serie de rebotes, de forma increíble y con el arco vacío, tiró la pelota por arriba del travesaño.

El gol de Ocampos desacomodó los planes de los dirigidos por Giovagnoli, que se perdieron en el campo y se refugiaron aún más en su propio terreno, invitando al conjunto de Núñez a buscar la goleada que finalmente llegó en el segundo tiempo. Apenas transcurridos 20 segundos de la etapa complementaria, tras una serie de rebotes, Domínguez definió cruzado ante la salida del arquero local para el 2-0. Y a los 57 se terminó el partido. Carlos Sánchez salió como una flecha desde su propio campo y abrió para Ocampos, que remató cruzado. Pereyra dio un rebote muy corto, y Cavenaghi empujó a la red, para liquidar el trámite. Sin embargo, lejos de conformarse, River fue por más, y nuevamente el delantero con un remate de media distancia selló la goleada. Sobre el ocaso, Bottino convirtió de penal para los chubutenses y decoró un resultado que ya estaba definido.