Vélez se trajo un resultado preocupante de la altura de Quito, al caer por dos goles de diferencia ante la Liga Deportiva Universitaria, y sin poder marcar un solo tanto como visitante, que en esta fase de la Copa Sudamericana valen doble. La revancha, la semana que viene en Liniers, puede sonreírle, pero el panorama no es el más oportuno, teniendo en cuenta que a siete minutos del final, apenas perdía por la mínima diferencia.

Hasta allí, la ventaja en el marcador era más mérito del arquero velezano, Marcelo Barovero, que de otra cosa. Fue el argentino Hernán Barcos el que abrió el marcador y fue el mismo delantero ex Racing y Huracán el que lo cerró con una pared atractiva tirada con otro argentino, Ezequiel González.

Vélez había resistido entero todo el primer período, más bien replegado, con un 4-4-1-1 que denotaba desde el arranque la voluntad de su entrenador, Ricardo Gareca, de trabajar el partido antes que jugarlo. Barovero estuvo magistral en un par de situaciones, conjurando las situaciones de peligro.

El equipo de Liniers reaccionó después de la apertura del marcador y contó con dos ocasiones peligrosas. Papa, libre de marcas y con pelota dominada en el área, remató a las manos de Domínguez en primera instancia y luego Calderón, en la boca del arco, despejó un cabezazo de Augusto Fernández, tras una falla del arquero en un centro.

Frente a la debilidad defensiva del equipo ecuatoriano, Gareca mandó a la cancha a los delanteros Ramírez y Rescaldani. Pero no volvió a contar con chances de gol, a diferencia de Liga, que sacudió nuevamente el palo derecho de Barovero, tras un remate colocado de Equi González.

El partido de vuelta se jugará en Liniers, el próximo martes, a las 21.15. La otra semifinal, que enfrenta a Vasco da Gama y Universidad de Chile, que empataron en Brasil 1-1, se definirá el próximo miércoles, a las 20.50, en Chile.