Pareciera que la consigna para que todo siga igual –anillo de Grondona regalado por el patético Noray Nakis mediante– es la generalización del desorden. Y, lo más grave, su naturalización. Y no se trata solamente de lo que casi a diario debemos soportar porque casi todos los que hacen como que juegan maltratan al juego dentro de las canchas, sino también al desorden institucional que en los últimos días cooptó la copa Argentina, el torneo de Primera B e incluso el campeonato superior.

¿Por qué otra cosa sino desorden es que por la Copa Argentina Boca y Ramón Santamarina de Tandil, programado originariamente para estos dias, se jugará el año próximo, o que la habilitación provisoria para la cancha de River para su partido con Rosario Central (que permitía la presencia de algo más de sesenta mil espectadores) fue anulada horas después, limitando el acceso a veinte mil personas menos, o que en lo que hace al torneo de Primera División, entre otras perlitas, por un lado se decidió continuar con el partido entre Estudiantes de La Plata y Banfield en febrero de 2012 y por el otro se anuncia casi sin rubor que para el partido entre Godoy Cruz y Boca Juniors en Mendoza los delincuentes de siempre amenazan con venganzas varias?