La economía de los clubes puede verse como una foto fija en la que predomina el rojo. Rojo furioso porque distintas instituciones acumulan pasivos pavorosos, con un agravante: en varios casos esas deudas son posteriores a concursos preventivos que aún no terminaron de pagarse. Independiente y San Lorenzo son los ejemplos más emblemáticos. Deben unos 200 y 150 millones de pesos, respectivamente. Según datos de la AFA, que declama controles que después suaviza y no castiga a los incumplidores, desde la Primera División hasta el ascenso se mantienen 29 entidades en convocatoria de acreedores o quiebra y esa cifra podría aumentar. Gimnasia y Esgrima La Plata sería la próxima víctima de esta saga que Página/12 tituló “El fútbol del despilfarro viene asomando”, el 20 de noviembre pasado.

Con 225 millones de pesos del Programa Fútbol Para Todos otorgados el lunes pasado por el ex jefe de Gabinete Aníbal Fernández, la AFA dispondrá ahora de unos 875 millones para repartir hasta agosto del 2012. El reajuste llegó mientras se difundían aquellas cifras de desastre, amplificadas por los dirigentes en sus discursos de campaña. Este año ya hubo elecciones en Vélez y Boca. En Racing se votó ayer y en Independiente irán a las urnas hoy, por citar los clubes más importantes.

La decisión administrativa 1348/2011 que firmó el ahora senador nacional y presidente de Quilmes tiene una cláusula de improbable acatamiento, la sexta. Dice que “la AFA reitera su compromiso de hacer cumplir las reglamentaciones vigentes, en especial las previstas en el artículo 6º del Estatuto de la AFA, a los fines de transparentar la administración y facilitar su control institucional”.

Si se toma en cuenta lo que informó el Tribunal de Cuentas de la AFA en la última Memoria y Balance, mediante nota del 13 de septiembre, la voluntad de hacer respetar las normas tiene pronóstico reservado: “Como ha sido comunicado en reiteradas oportunidades a ese Comité Ejecutivo (que preside Julio Grondona), las limitaciones en el proceso de sanción a los incumplimientos observados atentan contra la capacidad de control del área a nuestro cargo”. Ergo, el Tribunal de Cuentas que preside Juan María Manganiello –un viejo amigo del jefe máximo– admite que el papel desempeñado, más que papel, es cartón pintado.

En el ejercicio cerrado al 30 de junio de este año, la AFA declaró un superávit de 29.560.437,76 pesos. Eso pese a que registra créditos a favor contra sus clubes (con previsión de no cobrarlos) por 478.209.736,06 pesos. Unos 111 millones de dólares, al cambio vigente. La asociación que gobierna Grondona desde el 6 de abril de 1979 es uno de los principales acreedores, pero no el único.

Esta tarde se conocerá al nuevo presidente de Independiente, el segundo club más endeudado después de River (222 millones). Javier Cantero, uno de los tres candidatos –los otros son Baldomero “Cacho” Alvarez y Juan Torres– describió el lastre que deberá levantar el vencedor: “Se deben más de 190 millones de pesos, se dice que más. Pero el problema no es solamente la deuda. Se pierden más de 600 mil dólares por mes. Si viene un ruso famoso y nos paga la deuda toda junta, en siete años debemos de vuelta 190 millones”.

San Lorenzo, según el humor del presidente Carlos Abdo, debe 80, 108 o entre 140 y 150 millones de pesos. El día en que asumió el actual director técnico, Leonardo Madelón, mencionó la primera cifra que se redujo porque –según el dirigente– habían pagado 40 millones del pasivo. Unas horas después, en un programa partidario elevó la deuda a 108 millones. Ahora se situaría en el número más alto de los tres. Racing es el cuarto en la tabla de clubes hipotecados con 132 millones de pesos (la cifra es de septiembre), de los cuales entre 30 y 40 millones integran la herencia que dejó Blanquiceleste SA.

Entreverado en el lote de punteros de la deuda, Gimnasia rondaría los 150 millones de pesos. La comisión directiva que preside Héctor Delmar todavía no decidió pedir la convocatoria de acreedores, pese a que especialistas en el tema prevén que tarde o temprano llegará. Marcos Sorá, un abogado que trabajó en el reordenamiento del pasivo, sugiere que el concurso es “una salida positiva”.

En Primera División, Newell’s sigue bajo un fideicomiso con control judicial y una deuda cercana a los 90 millones de pesos. Sus dirigentes pagan la cuenta que les dejó Eduardo López después de 14 años de dictadura y corrupción. Lo demandaron en la Justicia penal por un faltante de 79 millones de pesos. En la B Nacional los casos más complicados son la quiebra de Ferro, con el ex juez de la causa Rodolfo Herrera y el empresario y ex gerenciador Gustavo Mascardi procesados; y los concursos preventivos de Huracán y Rosario Central (hoy con una deuda de 76 millones de pesos y más de cuarenta juicios perdidos).

En la B Metropolitana, Comunicaciones acaba de ser otorgado a una mutual del Sindicato de Camioneros por el juez de su quiebra, Fernando D’Alessandro, y ya no será de sus socios. Social Español (el ex Deportivo quebrado) vegeta en Primera C con sus instalaciones tomadas en un gran porcentaje por la Policía Metropolitana. Decenas de instituciones del interior olvidado viven con lo puesto también. A Talleres de Córdoba, acaso el más grande entre todos los que disputan torneos regionales, la Legislatura de su provincia le acaba de extender el plazo para levantar su quiebra decretada el 28 de diciembre de 2004 de nueve a doce años. Debe casi 15 millones de pesos y ahora tiene tiempo para pagarlos hasta 2016. Todo es posible en este fútbol descontrolado.