Julio Falcioni será entrenador de Boca por al menos un año más. Así lo confirmó su representante, Sergio Greco, después de arreglar el contrato con el nuevo presidente del club, Daniel Angelici.

Después de varias reuniones en las que se trataron cuestiones económicas y los proyectos deportivos que el club afrontará en el 2012, las negociaciones llegaron a buen puerto, y de esta manera Falcioni, que se encuentra de vacaciones en Mar del Plata, cumplirá su anhelo de dirigir a Boca en la Copa Libertadores del año próximo.

“Se encaminaron las cosas. No sé si se tardó mucho o poco, pero lo importante es que se llegó a buen puerto”, reconoció Greco. A su vez, el representante destacó que la negociación “fue seria, no presentó trabas y se resolvió paso a paso”. “Hoy (por ayer) dijimos: ‘Listo, terminamos’. Beso, abrazo y ya está”, remarcó Greco, al tiempo que señaló que el contrato que unirá por un año a Falcioni con la institución se firmará en “las próximas 48 o 72 horas” y tendrá un aumento en el sueldo del entrenador y sus colaboradores.

Con la renovación ya acordada, Falcioni ya podrá pensar en la Copa Libertadores, la gran obsesión que tiene todo Boca para el próximo año. Para conquistar nuevamente el torneo continental (la última vez fue en 2007 con Miguel Angel Russo como DT), el entrenador espera el arribo de un delantero, y el nombre que suena es el del chileno Humberto Suazo, jugador del Monterrey de México.

El ex Colo Colo le pidió a la dirigencia del club mexicano desvincularse para poder jugar más cerca de su país, algo que hace crecer las expectativas de Falcioni y Angelici. Sin embargo, el presidente del Monterrey, Luis Miguel Salvador, dejó en claro que sólo se desprenderán del chileno si es por una venta definitiva, algo que no está en los planes de Boca, que piensa en contratarlo a préstamo. “La gente de Boca habló para pedirlo a préstamo y fuimos claros: el jugador sólo se va si compran el total de su ficha”, remarcó el presidente del club azteca, al tiempo que deslizó que la otra opción que tienen los clubes es pagar la cláusula de rescisión del delantero, que ronda los 20 millones de dólares, un monto fuera del alcance del presupuesto que maneja Boca.