San Lorenzo volvió a ser un equipo sin identidad y apenas empató con un equipo de suplentes de Gimnasia en el Nuevo Gasómetro. Rindió tan poco que hasta se hizo el gol en contra, y de entrada, ya que el paraguayo Claudio Morel Rodríguez quiso rechazar un tiro libre de Choy y puso la pelota a la derecha de un incrédulo Saja, cuando los futbolistas platenses ni siquiera pisaban el área local.
Desde ese minuto seis Gimnasia se aferró todavía más al plan inicial: Olave en el arco a pesar de su tobillo maltrecho, doble línea de cuatro, Castillo como nexo y Turienzo en solitario papel atacante
San Lorenzo padeció las ausencias del armador Leandro Romagnoli, que será operado por una alteración parcial del neoligamento anterior de la rodilla derecha, del goleador Alberto Acosta y del mediocampista José Chatruc, suspendidos por acumulación de tarjetas amarillas.
Sin Romagnoli, el equipo de Insua es sólo voluntad. Dejó pasar la única oportunidad de empate que tuvieron en el primer tiempo, cuando hubo un tiro libre de Cordone que cabeceó Herrón, frente al arco y dentro del área chica, insólitamente desviado. Gimnasia desaprovechó una chance para aumentar, cuando Brusco bajó la pelota dentro del área, Verón remató y tapó Saja.
Insua esperó un rato del complemento para recurrir a los jugadores que tenía en el banco de suplentes. Pero San Lorenzo era impotente para sacudir al rival, y Turienzo desperdició la ocasión para rematar al adversario ya que le pifió a la pelota cuando estaba frente a Saja.
Los de Boedo al menos encontraron el alivio con el gol de Paredes, receptor de un mal rechazo de cabeza de Brusco. San Lorenzo pudo haber ganador por ir al frente, pera casi sumó una derrota cuando el balón insospechadamente pasó por debajo de la suela del botín de Saja y el capitán tuvo que correr para solucionar su falla casi sobre la línea decisiva. Los hinchas tomaron a Insua, entrenador de San Lorenzo cuando obtuvieron la Copa Sudamericana, como destinatario principal de sus insultos.