DEPORTES › AZARENKA ARRASO A SHARAPOVA EN LA FINAL DEL ABIERTO DE AUSTRALIA
La bielorrusa logró un triunfo arrasador ante la rusa y con su victoria se llevó un premio doble: además de ganar el primer Grand Slam de la temporada y embolsar 2,4 millones de dólares, alcanzó el número uno del ranking WTA.
› Por Sebastián Fest
Desde Melbourne
Tras dos años de inconsistencias, el tenis femenino vuelve a tener una número uno del mundo a la que se puede llamar “campeona”, gracias al arrasador triunfo de la bielorrusa Victoria Azarenka en la final del Abierto de Australia. “Me daré un baño de champagne para celebrar”, dijo una feliz Azarenka tras arrasar con la rusa Maria Sharapova por 6-3 y 6-0 y conquistar su primer título de Grand Slam.
Tras caer de rodillas sobre el cemento de Melbourne, la bielorrusa saludó en la red a una demudada Sharapova, campeona en Australia hace cuatro años. Emocionada, y aún en el centro del estadio Rod Laver, comenzó a repetir una pregunta: “¿Qué pasó, qué pasó?”. Lo que sucedió fue que le pasó por encima a Sharapova, tres veces campeona de Grand Slam, ex número uno y mucho más experimentada a sus 24 años. El partido sólo fue tal hasta el 4-3. Allí Azarenka quebró el servicio de su rival para encadenar nueve juegos consecutivos y llevarse el torneo.
Dueña de un juego contundente, Azarenka se encarama al número uno como sucesora de la danesa Caroline Wozniacki, que en las dos temporadas que fue líder del ranking no pudo ganar ninguno de los cuatro grandes, y que desde el lunes será la cuarta de la clasificación mundial. La mejor actuación de Azarenka hasta ahora en un Grand Slam había sido su acceso a las semifinales de Wimbledon 2011. En 2005 ganó el título juvenil en Australia. “Quiero agradecerle a mi abuela, la persona que más me inspiró en mi vida”, dijo, antes de volver a mostrar sus emociones. “Dios... No sé, es una sensación increíble”, confesó a la televisión australiana la bielorrusa, que con un gesto tras la victoria, en apariencia nimio, reflejó el cambio de guardia en el tenis femenino.
Ocho años atrás, cuando Sharapova ganó con 17 años Wimbledon 2004, uno de los primeros impulsos de la rusa fue activar el teléfono móvil que llevaba en el bolso y comunicarse con su madre. La imagen del hoy vetusto aparato dio la vuelta al mundo. Ayer Azarenka empuñó un modernísimo smartphone con el mismo propósito, comunicarse con su madre, y con esa acción instaló su nuevo tiempo y convirtió en “viejo” el de Sharapova, aunque la rusa tenga aún mucha carrera por delante y haya recuperado su juego. “Te merecés este título, trabajaste muy duro para ganar este trofeo”, le dijo Sharapova durante la ceremonia de premiación a la campeona. “Como en todo deporte tenés buenos días y días duros. Victoria fue mejor”.
La bielorrusa, aún en estado de éxtasis, habló de que debe cumplir una apuesta y teñirse el cabello de rubio furioso, y detalló sus planes inmediatos más allá de la lluvia de champagne, propósitos que podrá financiar de sobra con los 2,4 millones de dólares que se llevó de premio: “Lo más importante que haré será comprar regalos para mi familia”.
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