“Ahora solamente me falta la medalla de oro en Londres.” Luciana Aymar se acerca al cierre de su brillante carrera en el hockey sobre césped deslizándose sobre la gloria. Tras la conquista del quinto título de Champions Trophy en su ciudad, Rosario (de la que se despidió deportivamente con un trofeo), la mejor jugadora del mundo analizó la conquista y los pasos que el equipo argentino desandará en el camino a los Juegos Olímpicos, en la búsqueda del único logro que este equipo no consiguió todavía.

“Creo que dejamos el alma en la cancha, no nos guardamos nada y ésa fue la diferencia con los otros equipos”, reconoció la rosarina. “Tenemos que tener los pies sobre la tierra, todavía hay muchas cosas por mejorar para los Juegos Olímpicos. Pero hay tiempo. Ahora estoy muy contenta. Un triunfo así sirve para fortalecernos anímicamente.”

“Fue una alegría especial –explicó Aymar–. Este torneo primero se iba a jugar en Mar del Plata, luego en Córdoba y finalmente se decidió que se hiciera en Rosario. Y en ese momento me pregunté si iba a poder festejar de nuevo, con mi gente, y en principio pensé que era imposible. Pero lo imposible no existe si uno se propone algo y hoy me siento feliz por lo que conseguimos”, señaló.

“Habíamos jugado mal en (el Cuatro Naciones de) Córdoba y no estábamos bien anímicamente, y para colmo no arrancamos bien contra Nueva Zelanda. Creo que después de ese partido hicimos un clic y reaccionamos. Las más grandes apoyando a las más chicas, y éstas explotando de una manera increíble. Vamos por buen camino, tengo mucha fe en este equipo”, afirmó la mejor jugadora del mundo.

Contra Inglaterra, en la final del torneo, Las Leonas terminaron “jugando el mejor partido del Champions –afirmó–. Manejamos muy bien la pelota y supimos controlar al rival durante todo el encuentro. Siempre se dice que las finales hay que ganarlas, pero es mejor ganarlas jugando bien, y eso hicimos nosotras”.