Otra vez ha vuelto a las andadas la ignota y vaya-uno-a-saber-cómo-se-financia I.F.F.H.S., iniciales que esconden a la autodenominada Federación Internacional de Historia y Estadística del Fútbol.

Currando como le es habitual con supuestos rankings, por estas horas aparecen varios relacionados con la primera década del siglo XXI: de arqueros, de árbitros y hasta de directores técnicos, tanto de clubes como de selecciones nacionales.

El criterio con que se dispuso el orden de estos personajes queda, por supuesto, en el misterio. Solamente se sabe el resultado como corresponde a la actual cultura –que, en realidad, es “descultura”– que baja como verdad revelada y como pensamiento único desde los púlpitos de los sumos sacerdotes del perverso discurso de que “lo único que importa es ganar”.

El entrenador de Manchester United Alex Ferguson fue ubicado en el primer lugar seguido por Arsene Wenger (Arsenal), José Mourinho (ahora en el Real Madrid), Fabio Capello, Guus Hiddink, Carlo Ancellotti, Vicente Del Bosque, Marcelo Bielsa, Luiz Felipe Scolari y el cuasi descartable Rafa Benítez.

Entre los argentinos, aparte del octavo lugar de Bielsa, aparece Carlos Bianchi en el vigésimocuarto puesto, José Pekerman está 27º, Gerardo Martino 37º, Héctor Cúper 42º –claro, alguno del griguolismo tenía que estar, aunque fuera un inveterado técnico de equipos no ganadores–, Alejandro Sabella 47º, mientras Alfio Basile y Edgardo Bauza comparten el 70º puesto, y siguen Sergio Batista, Nery Pumpido, Carlos Ischia, Jorge Sampaoli –entrenador de Universidad de Chile– y entre los cien primeros entra, en el nonagésimo noveno (99º) lugar, Miguel Angel Russo, cuasi recordman entre los entrenadores vernáculos cuyos equipos no ganaron en empecinada seguidilla, en especial en el último año.

Habida cuenta de este “revolcaos en un merengue, todos manoseaos”, no puede extrañar que Pep Guardiola figure, para esta runfla de caraduras de estadísticas truchas e historias mal contadas, recién en el 22º lugar.