El inacabable peleador marplatense Luis Alberto Lazarte buscará esta noche reconquistar de local el título minimosca de la Federación Internacional que le perteneciera entre 2010 y 2011. Desde las 23, y con transmisión de TyC Sports, se enfrentará al filipino Jonriel Casimero por el cetro vacante de la categoría en el club Once Unidos de la ciudad balnearia.

Tiene una rareza este combate: pocas veces hubo tanta diferencia de edad entre los dos rivales. Lazarte subirá con 40 años y un record de 49 triunfos (18 antes del límite), 10 derrotas, dos empates y una sin decisión, mientras que Casimero tiene apenas 21 años y un registro de 15 victorias (nueve por fuera de combate) y dos traspiés.

Fuera de ello, resulta elogiable que a una edad tan avanzada Lazarte siga dando batalla en el primer nivel. Después de haber perdido su corona en abril de 2011 ante el mexicano Ulises Solís, pareció que había llegado para él la ingrata decisión del retiro. Pero hizo todo lo contrario: siguió entrenando duro mientras trabajaba como barrendero en las plazas marplatenses, y el 2 de septiembre batió por puntos al nicaragüense Nerys Espinoza y se adjudicó el derecho de volver a pelear por el título del mundo.

Dueño de un estilo turbulento y confuso, antiestético y a menudo abundante de recursos antirreglamentarios, pero repleto de vocación de victoria, Lazarte apostará a enredar al joven Casimero para poder dominarlo. Pero el filipino tratará de no dejarse atrapar. Su campaña es desconcertante: el año pasado obtuvo el mejor resultado al derrotar al colombiano César Canchila, pero luego perdió las dos peleas siguientes, una de ellas por el campeonato mosca de la FIB.

Habrá que ver, además, de qué manera absorbe Casimero su condición de visitante en serio. A Lazarte lo apoya el Sindicato de Camioneros, cuyo aliento constante, con los bombos y redoblantes como atronadora banda de sonido, suele ejercer presión sobre los adversarios y los jurados débiles de carácter. Las autoridades serán todas estadounidenses, lo que garantiza cierta imparcialidad a la hora de las decisiones.