Habrá Mundial nomás en Brasil. El gobierno de ese país aceptó un pedido de disculpas de la FIFA, tras la controversia generada por su secretario general, Jerome Valcke, y afirmó que la mandataria Dilma Rousseff recibirá al presidente de esa organización, Joseph Blatter. “El gobierno federal acepta las disculpas de la FIFA y exige que el episodio no se repita”, informó el Ministerio de Deportes en un comunicado, en el que también anticipa que Rousseff recibirá a Bla-tter en fecha no determinada.

Curiosamente, sucedió el mismo día en que Ricardo Teixeira, el mandamás del fútbol brasileño, enemistado con Blatter y no muy bien visto por el gobierno de ese país, pidió licencia por tiempo indeterminado al frente de la Confederación Brasileña de Fútbol. No está claro si esa licencia lo margina también de la presidencia del Comité Organizador del Mundial.

El ministro de Deportes, Aldo Rebelo, envió una carta dirigida al presidente de la FIFA y otra al secretario general, en las que afirmó “haber aceptado el pedido de disculpas” por las declaraciones de Valcke. El dirigente afirmó el viernes que Brasil necesitaba “una patada en el culo” para acelerar los preparativos del Mundial.

Rebelo advirtió que episodios de esa naturaleza no pueden repetirse, por el bien de una buena preparación de la Copa del Mundo en 2014. Pero en ninguna de las dos cartas Rebelo informó si reconocerá nuevamente como interlocutor a Valcke, que debe llegar a Brasil el próximo lunes.

El martes pasado, Blatter envió una carta al gobierno y ofreció disculpas por los comentarios que condujeron al gobierno brasileño a pedir la sustitución de Valcke como interlocutor, tras calificarlo de “sinvergüenza”. El incidente hizo que varias autoridades arremetieran contra Valcke, como el asesor de Asuntos Exteriores de la Presidencia, Marco Aurelio García, que en una reciente visita a Alemania trató al secretario de “canalla”.