Cuatro días después de pedir licencia médica, el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Ricardo Teixeira, renunció ayer de manera definitiva al cargo, acosado por varias denuncias de corrupción, que sepultaron su sueño de ser presidente de la FIFA en 2015. Ahora, la presidenta del país, Dilma Rousseff, será la principal interlocutora con las autoridades de la Federación Internacional. Teixeira, de 64 años, que estuvo al mando del fútbol brasileño durante 23 y era el actual interlocutor y organizador de la Copa del Mundo 2014, recibió en los últimos meses constantes denuncias que precipitaron lo que parecía imposible: apartarlo de la CBF y de su ambición de convertirse en el presidente de la FIFA en 2015, cuando debía finalizar un nuevo período al frente de la Confederación Brasileña.

Su lugar será ocupado transitoriamente por José María Marín, quien también estará al frente del Comité Organizador del Mundial junto a los co-organizadores Ronaldo y Bebeto, ex delanteros y glorias del fútbol brasileño. Precisamente, Romario dijo ayer que “se ha exterminado un cáncer del fútbol brasileño. Hoy es un día para conmemorar. Ahora espero una limpieza general del fútbol, pero eso va a llevar un tiempo”.

En una carta leída ayer por Marín ante la prensa, Teixeira aseguró que abandona el cargo sólo para “resguardar” su salud, y señaló que se va “con la sensación del deber cumplido”. “Presidir con presiones no es una tarea fácil. En nuestro país, el fútbol está asociado a dos imágenes: talento y desorganización. Cuando ganamos destacan el talento, pero cuando perdemos, la desorganización. Siempre hice lo que estuvo a mi alcance y renuncié debido a mi salud”, afirma el texto escrito por el directivo, que evitó referirse a las denuncias que cayeron sobre su persona en los últimos meses.

Lo cierto es que la renuncia de Teixeira a la presidencia de la CBF convierte a la presidenta de ese país, Dilma Rousseff, en la principal interlocutora de la FIFA con miras al Mundial, por sobre José María Marín y por sobre Ronaldo y Bebeto. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, anunció la semana pasada que deseaba reunirse con la mandataria de Brasil para debatir temas vinculados con el Mundial y también para buscar superar el malestar causado por las duras declaraciones del secretario general del organismo, Jerome Valcke.

La reunión entre Blatter y Rousseff, que todavía no tiene una fecha fijada, será vital para definir no sólo el futuro de las relaciones entre Brasil y la FIFA, sino también las perspectivas del mismo Mundial de 2014.