Juan Mónaco tuvo que batallar más de cuatro horas y media, pero finalmente pudo derrotar en cinco parciales al canadiense Milos Raonic luego de levantar una desventaja de dos sets a uno. Como premio, en los octavos de final de Roland Garros se medirá con su amigo, el español Rafael Nadal, que derrotó ayer sin inconvenientes a Eduardo Schwank. El otro argentino que se presentó en la jornada sabatina, Leonardo Mayer, tampoco pudo hacer mucho ante el español Nicolás Almagro. Para hoy, en el último turno, está previsto que Juan Martín del Potro se enfrente con el checo Tomas Berdych por un lugar en las semifinales.

Para llegar a los octavos de final, Mónaco tuvo que ganar una verdadera batalla. El 6-7 (5), 6-3, 6-7 (5), 6-3, 6-4 en 4 horas y 33 minutos de alternativas muy cambiantes así lo demuestra. Y la calificación que le dio el propio Mónaco también lo deja en claro. “Es mi mejor victoria en Roland Garros, por este momento que estoy viviendo, lo que jugué, lo duro que fue y el rival. Después de ir 1-2 abajo, es complicado darlo vuelta en cinco sets. Por suerte el tobillo aguantó y jugué un buen tenis. Estoy muy contento y voy por más”, aseguró Mónaco tras el encuentro.

La clave del partido ante uno de los mejores sacadores del circuito estuvo en que Mónaco pudo sostener su servicio durante 27 juegos consecutivo. “Es raro que no me quiebren el saque, siento que devuelvo mejor de lo que saco”, afirmó Mónaco, que además valoró su paciencia para esperar las oportunidades ante un rival que no le da ritmo y que le hizo 25 aces.

Más allá de su buen momento, el tandilense se mostró realista sobre sus posibilidades de continuar en el torneo, teniendo en cuenta que su rival será Nadal. “Vencer a Nadal es prácticamente imposible, estoy con fe, pero soy consciente de que es uno de los mejores de la historia. Tengo que ajustar un montón de cosas para enfrentarlo. Me siento muy bien, pero del otro lado esta Rafa”, indicó Mónaco, que calificó al español como uno de sus mejores amigos del circuito.

Ayer, Nadal ya despachó a otro argentino. Sin grandes sobresaltos, el número dos del mundo superó 6-1, 6-3, 6-4 a Schwank, que igualmente se fue muy conforme con su torneo y por haber recibido la camiseta de Nadal. “Estoy feliz porque Rafa es un gran jugador y una mejor persona. Pero lo mejor que me llevo de recuerdo de este día es su camiseta autografiada, que me la dio en el vestuario. En Sevilla me compré el libro y ahora tengo su camiseta”, dijo Schwank.

Tampoco tuvo muchas chances Mayer, que cayó 6-4, 6-1, 6-2 ante Almagro, aunque también se mostró conforme con su torneo. “Jugó muy bien. No pude desbordarlo, ni jugarle de la manera que me convenía. Me superó por todos lados. No pude hacer nada. El es mucho mejor que yo”, se sinceró el correntino, que reconoció que necesita más partidos en este nivel para tener chances de mejorar su rendimiento.