Peor forma de abrir la duodécima fecha del Clausura no pudo haber existido. En un pobrísimo partido de fútbol, sin situaciones de gol, casi sin ideas, el muletto de Racing, concentrado de lleno en la Copa Libertadores, empató sin goles como visitante en La Plata, ante Gimnasia.
Si a Racing no le importaba el compromiso, y se notó al punto que Osvaldo Ardiles alineó un equipo mayoritariamente compuesto por suplentes, no pudo saberse qué pensaban los locales respecto del compromiso, pero por lo visto en la cancha jugaron con la cabeza en otra parte. Al punto que su primera llegada al arco de Cuenca con cierto peligro ocurrió a los 44, cuando Leiva pateó por encima del travesaño. En el segundo tiempo, Enría –el mejor de Gimnasia– dispuso de una ocasión parecida, cuando Orozco rechazó de cabeza hacia la medialuna y el delantero empalmó un remate que pasó cerca del palo.
Racing tuvo la mejor oportunidad de abrir el marcador, pero cierta justicia impidió que eso sucediera. Por segunda vez en seis días, Daniel Giménez cobró un penal inexistente; en el partido Estudiantes-Talleres del domingo, el línea le hizo ver su error, pero ayer no sucedió lo mismo. Giménez entendió que una mano absolutamente casual de Goux en el área merecía la sanción de la falta. Pero Estévez estuvo a tono con el partido, y le pegó mordido a la pelota que se estrelló en el travesaño.
Racing estuvo ligeramente más cerca del arco local, o al menos tuvo un par de llegadas. En el segundo tiempo, cuando Ardiles mandó a la cancha a Mariano González gozó inclusive de unas gotitas de fútbol. Pero nada alcanzó para alterar el aburrido tono del encuentro.