DEPORTES › GIMNASIA FEDERICO MOLINARI SE CLASIFICO PARA LA FINAL EN ANILLAS
El gimnasta rosarino, profesor de educación física en el Cenard, terminó séptimo en la clasificación y se convirtió en el primer argentino en meterse en una definición olímpica en esta disciplina. “Nunca lo soñé, sólo quería estar en los Juegos”, dijo.
Los Juegos Olímpicos suelen consagrar a héroes anónimos. Y en la primera jornada de Londres 2012, la gimnasia argentina consiguió una pequeña hazaña, gracias a Federico Molinari: el gimnasta rosarino se garantizó al menos un diploma olímpico, al pasar a la final de la prueba de anillas, logro que ningún argentino había conseguido antes. Molinari terminó séptimo entre 68 atletas y se aseguró un lugar entre los ocho finalistas de la disciplina.
Aunque el rosarino tuvo una opaca actuación en la prueba de suelo, donde quedó lejos de los puestos de clasificación, brilló en las anillas, su especialidad, una prueba en la que se perfeccionó en los últimos meses, cuando decidió no competir en las pruebas combinadas. Así alcanzó su sueño de meterse entre los mejores ocho de los Juegos de Londres. “Fue como apostar un pleno al cero”, explicó sobre su decisión. “Nunca lo soñé, yo sólo quería estar en unos Juegos Olímpicos y ahora estoy en una final, es increíble. Me acuerdo cuando era chico que conseguía los videos VHS para ver cómo era un Juego Olímpico y ahora estoy acá”, remarcó Molinari, emocionado, a la TV Pública. Con algunos familiares en las tribunas, el rosarino, de 29 años y apenas 1m65, le aseguró a la Argentina al menos un segundo diploma, tras el que ganó la judoca Paula Pareto.
En el North Greenwich Arena, Molinari, que tiene el orgullo de haber puntuado con un ejercicio que lleva su nombre, fue uno de los primeros gimnastas en llevar a cabo su rutina y quedó en el primer lugar parcial con 15,333 puntos para la consideración de los jueces. Sin embargo, quedan más de quince competidores de su serie y todos los de la segunda y la tercera tanda. “Gente, hice lo mejor que pude. Estamos en la pelea. A esperar hasta la tarde para ver qué pasa”, escribía en aquel momento en su cuenta de Twitter. Finalmente, en su serie terminó tercero, detrás del chino Yibing Chen (15,858) y el puertorriqueño Tommy Ramos (15,500). “Hay una pequeña esperanza de estar en la final. Ojalá el de arriba tenga puesta la celeste y blanca”, se ilusionaba Molinari, que es entrenado por su padre, Fernando, y Vladimir Makarian.
Tras completarse la segunda tanda, sólo dos atletas superaron su registro: el italiano Matteo Morandi (15,766) y el brasileño Arthur Nabarrete Zanetti (15,616). Por eso, las chances de la anhelada final crecían. Quedaban competir los representantes ucranianos, españoles, rusos y alemanes. “Falta una subdivisión, sigan haciendo fuerza que estamos más cerca”, arengaba Molinari a sus seguidores. Del último grupo, sólo los rusos Aleksandr Baladin (15,666) y Denis Ablyazin (15,500) lo superaron, por lo que el sueño de este profesor de educación física que desarrolla sus labores en el Cenard ya estaba cumplido. “Soy finalista olímpico. Ni en los sueños me lo imaginé. Gracias a todos por el apoyo”, terminó su intercambio en Twitter. El búlgaro Iordan Iovtchev (15,308) completó a los ocho finalistas.
Ya por la noche, Molinari tuvo tiempo de relajarse y festejar con sus familiares en Londres. “Festejando la clasificación con mi novia, familia y amigos. No me quiero despertar nunca más”, escribió el gimnasta, que disputará la final el lunes 6 de agosto.
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