La Bundesliga, el torneo alemán de Primera, comienza hoy su temporada número 50 instalada como la gran “rareza” europea: record de público, record de recaudación y un atractivo creciente nivel de juego. La crisis que atenaza a otras ligas de Europa no hace mella en el campeonato germano, que vuelve a marcar niveles máximos de ingresos y ventas de entradas y atrae con un fútbol cada vez más ofensivo.

Según una encuesta de la consultora Ernst & Young, más de la mitad de las dos primeras divisiones del fútbol germano, un 57 por ciento, registró beneficios y un 52 por ciento obtuvo “altos beneficios”. “Basta con mirar la evolución de la Bundesliga desde 2001. Ha habido un auge. Especialmente en lo que respecta a los espectadores hemos hecho un salto”, celebra el presidente de la liga de clubes alemanes, Rainer Rauball. Esta temporada se volvió a romper un record de 482.495 abonos vendidos. En cada partido se junta un promedio de 45.000 espectadores.

El pasivo acumulado de los 18 clubes de la Bundesliga equivale, por ejemplo, al del Manchester United. “Cuando los otros clubes van al banco, van al área de préstamos, pero cuando nosotros vamos al banco es para ir a la ventanilla de depósitos”, había ironizado Uli Hoeness, presidente del Bayern Munich, antes de la final de la Champions League. Las perspectivas son aún mejores. Los clubes germanos firmaron un contrato de transmisión televisiva de los partidos que les deparará un promedio de 628 millones de euros en los próximos cuatro años, un 52 por ciento más que en el último contrato.

“En ningún país del mundo se agotan con tanta frecuencia las entradas de los estadios. También se amplía el círculo de jugadores en condiciones de competir en la cima y hay mucha emoción para el público”, subraya el zaguero Holger Badstuber, de la selección alemana y del Bayern Munich.

En lo deportivo, el equipo bávaro buscará reponerse de la depresión en que quedó sumido con su doble papel de segundón: subcampeón de la Bundesliga Liga, nuevamente superado por el Borussia Dortmund, y subcampeón europeo con la derrota a manos del Chelsea en propio campo y en los penales. “Tenemos que demostrar que somos los número uno en Alemania. Es lo que quiere todo el equipo”, sostiene el arquero del Bayern, Manuel Neuer.

El Bayern encara la nueva campaña de la mano del experimentado Matthias Sammer como nuevo director deportivo y la incorporación del peruano Claudio Pizarro, el brasileño Dante y el suizo Xherdan Shaqiri. El Borussia Dortmund trata de quitarse el cartel de favorito. “El Bayern tiene las mejores condiciones para ser campeón”, repite el técnico Jürgen Klopp y proclama como principal meta una plaza para la Champions. Será difícil creerle, más aún después del pase del delantero Marco Reus, elegido mejor jugador del año, por 17,1 millones de euros.

Pese a tanta prosperidad, la liga germana atrae a grandes figuras del fútbol mundial, si bien los clubes han invertido 175 millones de euros en contrataciones, muy por debajo de la cifra de la temporada 2010/2011 (211 millones). El pase más caro de la historia de la Bundesliga fue el de Mario Gómez, por el que se pagaron 35 millones de euros, lejos de los 94 millones que el Real Madrid pagó por Cristiano Ronaldo o los 110 que el PSG abonó por Zlatan Ibrahimovic. Sólo hay un argentino en los 18 clubes del certamen: el ex Racing Javier Pinola (foto) juega en el Nuremberg desde el 2005, lleva 154 partidos con cinco goles.

Para Rauball, el equilibrio que reina más allá de la rivalidad entre el Bayern y el Dortmund es uno de los grandes fuertes de la Bundesliga. Varios equipos lucharán por pelearles: el Schalke 04, el Bayer Leverkusen, el Wolfsburgo y el Borussia Mönchengladbach figuran entre los candidatos.