Juan Román Riquelme cerró ayer toda chance de volver a Boca al achacarle al presidente Daniel Angelici no haber podido jugar los últimos meses en Brasil y acusarlo de operar en su contra en las tribunas. Riquelme también apuntó contra la barra brava del club al sostener que se le puso en contra porque, aseguró, “nunca les di plata”.

“Angelici no quiere que vaya a la cancha”, enfatizó Riquelme sin vueltas. También lamentó que el máximo directivo xeneize le negara mostrar el sábado próximo en la Bombonera el premio que le dieron en Brasil como uno de los “mejores jugadores en la Copa Libertadores”.

Al entrenador Julio Falcioni casi que lo ninguneó, al tiempo que lamentó que “Boca no sabe a qué juega” y hasta dejó en claro que los hinchas prefieren a Riquelme que a Falcioni. “Yo amo este club. No es gracioso tener que andar teniendo que demostrar quién es más fuerte entre Falcioni y Riquelme, cuando entre Maradona y Riquelme la gente eligió a Riquelme”, apuntó.

No parece casual el momento en que Riquelme salió con sus frases filosas en sendas entrevistas concedidas a los canales TyC Sports y Fox Sports. Lo hizo horas después de que Angelici y Falcioni, las dos personas con nombre y apellido contra los que arremetió, quedaron a un paso de sellar la continuidad del vínculo.

“Amo a Boca y soy un agradecido y siempre estoy haciendo fuerza por Boca como por Villarreal, pero jamás dije que me iba a volver a poner el pantalón corto de Boca”, afirmó Riquelme, cerrando su vuelta a Boca, e insistió que espera que “algún club” lo “ilusione”.

En sus primeras puntadas contra Angelici, Riquelme aseguró que no quedó fuera del fútbol cinco meses sin jugar profesionalmente por voluntad propia, sino porque “Boca demoró en firmar los papeles” de su salida luego del interés del Cruzeiro (de paso agradeció a Juan Pablo Sorín la gestión) y del Flamengo, ambos de Brasil. “Tenía decidido ir a jugar ahí”, reveló.

Justamente de Brasil llegó con un premio con la leyenda “A uno de los jugadores más grandes de la historia de la Copa Libertadores”. Allí fue cuando empezó con los dardos hacia Angelici, al contar que no bien bajó del avión le pidió a su representante Daniel Bolotnicoff que le pidiera permiso al presidente del club para mostrar ese trofeo, porque “lo gané jugando para Boca”, pero que el dirigente se lo negó. “Me parecía algo lógico, pero le dijo el sábado no, así que tengo que mostrarlo por televisión. Es una lástima que me haya dicho que no. No es un premio más para mí, porque quiere decir que hicimos las cosas bien en la Copa y defendiendo los colores de Boca de la mejor manera”, lamentó.

El sábado no será un día más. Tal vez quede firme la contratación de Falcioni, pero también estará en la cancha Martín Palermo como DT de Godoy Cruz, el último adversario. Palermo fue el mimado de la hinchada de Boca. Recuérdese las banderas de “La Doce está con Palermo”.

Riquelme aseguró que tanto el presidente actual como su antecesor, Jorge Amor Ameal, operaron en su contra en las tribunas, al igual que lo hizo la barra brava. “Hicieron sacar las banderas a favor de Riquelme. Pasó con Ameal y ahora con Angelici. Boca se maneja de esta manera. Es doloroso, pero los hinchas lo tienen muy en claro”, acusó a uno y otros.

Por último, Riquelme adelantó que no irá el sábado ni siquiera como hincha y que mirará el partido por televisión. “Ojalá hagan tres toques y me voy a poner contento. Boca es favorito y quiere ganar, pero no tiene una manera clara de jugar; y si no sabés a qué jugar, no sabés cómo ganar... no tiene claro lo que quiere.”

Y, para finalizar, Riquelme dejó su mensaje para los hinchas: “La camiseta de Boca la voy a sentir como mía y la voy a sentir así hasta el día que me muera”.