No cabía un alma en el salón donde se llevó a cabo ayer la conferencia de prensa y presentación de Roger Federer en el país, a propósito de los dos partidos exhibición que jugará el tenista suizo, número uno del mundo, ante la primera raqueta argentina y número siete del ranking, Juan Martín Del Potro, hoy y mañana en Tigre, en un estadio montado para la ocasión, desde las 20.30. El mejor tenista de todos los tiempos se mostró cordial y agradable en cada una de las preguntas que se le realizaron, frente a cientos de periodistas, y dijo estar “emocionado” por el recibimiento que está teniendo en la Argentina, y “honrado y agradecido” por la invitación que recibió de la presidenta Cristina Fernández, quien lo recibirá hoy, a las 11, en la Quinta Presidencial de Olivos. Su estadía en el país también contempla una cena a beneficio para becas estudiantiles del municipio de Tigre, que se realizaba anoche, y hasta la visita, mañana a las 12.30, a la mítica Bombonera. “Muchos argentinos viajan por el mundo para verme a mí, y en esta oportunidad el que viajo soy yo para verlos a ustedes”, comentó el suizo, quien ponderó el tenis de su rival y aclaró que la presencia de Del Potro en estos partidos fue definitoria y uno de sus incentivos. “El público quiere ver el mismo nivel que exhibimos en el circuito, así que vamos a jugar en serio”, prometió por su parte el tandilense.

Federer se mostró en la conferencia, que se realizó en el salón Los Sauces del Hotel Intercontinental de Nordelta, tal como es. Simple, cordial, agradable, muy prolijo. Se tomó su tiempo para contestar cada una de las preguntas que se le formularon y hasta esbozó una sonrisa cuando entre los periodistas apareció un doble suyo, vestido como tenista, contratado por uno de los sponsors de estos dos partidos que ya agotaron las 40 mil entradas puestas a la venta. “La verdad es que lo estoy pasando bárbaro. Los argentinos me están recibiendo con gran afecto”, comenzó el suizo, quien también cosechó elogios de dos grandes del tenis argentino, Guillermo Vilas y José Luis Clerc, que también brindaron una conferencia de prensa juntos promocionando el partido que también disputarán hoy en el mismo escenario (ver aparte).

Tablets, cámaras y teléfonos celulares: todo era válido para fotografiar a Federer en la Argentina, un momento histórico que, según el propio tenista, se venía postergando desde hace dos o tres años. La grandeza del suizo también se pudo ver fuera de la cancha. “Quería conocer este país, sus comidas, su vino, su gente”, apuntó en otra parte de la charla en la que evitó las comparaciones con Messi y Maradona: “Somos incomparables, ellos juegan con el pie y yo con las manos, pero Maradona es una gran personalidad reconocida en todo el mundo, y tanto Messi como yo todavía tenemos mucho por ganar”. Y se mostró modesto cuando se le recordaban sus logros deportivos. “Los deportistas somos vistos como superhéroes, pero yo estoy aquí, soy una persona normal, que sólo juega bien al tenis. Soy una persona terrenal”, dijo.

Su prolijidad se hizo notar desde antes del comienzo de la charla, cuando el suizo esperó que se le dijera en qué ubicación debía sentarse en la larga mesa que compartía con Del Potro, el intendente de Tigre y ex jefe de Gabinete, Sergio Massa, y el director del evento, Guillermo Marín. Obviamente fue en el medio, escoltado por Del Potro y el funcionario. Luego esgrimió su gran clase, como lo hace en los courts, cuando le preguntaron su opinión sobre el tandilense. “Juan Martín es un gran campeón”, dijo y hasta se animó a aconsejar al tandilense para que pueda llegar a ser número uno del mundo. “Ya está entre los mejores, así que lo que le queda es bastante simple. Hay que hacer bastantes pequeños sacrificios, dentro y fuera de la cancha. Siempre hay que está en mejor forma que los demás, no sólo mentalmente sino también físicamente.”

Del Potro, por su parte, recogió el guante y, entre risas, apuntó: “Roger dijo que es simple ser número uno, y yo digo que es simple para él. Pero la verdad es que yo no sé si algún día voy a poder ser como él”. El tandilense también destacó el trato que tiene dentro del circuito con el suizo. “Siempre me aconseja y yo valoro mucho que lo haga”, comentó el argentino, quien comentó sentir “orgullo” y “placer” por poder jugar en la Argentina contra Federer, a quien este año se enfrentó en ocho ocasiones, con dos victorias y seis derrotas, incluyendo el maratónico partido por las semifinales del torneo de los Juegos Olímpicos de Londres, en Wimbledon. Al respecto, ambos dijeron: “Así como la final del US Open 2009 fue el mejor triunfo de mi carrera, si hubiera ganado en Londres ése hubiera sido mi mejor partido. Pero perdí y fue uno de los partidos que más triste me dejó”, señaló el argentino. Y el suizo, todo un gentleman: “A mí me dio tristeza verlo mal a Juan Martín en el final; pero me alegré al enterarme de que él había vencido a Djokovic y se había quedado con el bronce”.