Mié 12.12.2012

DEPORTES  › EL NUEVO ROMPECABEZAS DE LOS DIRIGENTES DE BOCA

Sin Riquelme, Bianchi no va

El vice Moscariello afirmó que irán a buscar al entrenador, pero la condición que le impondrán será inaceptable. Los otros nombres que suenan, Arruabarrena o la dupla Ribolzi-Zanabria, serían más permeables a la imposición.

› Por Gustavo Veiga

Boca tiene un desafío mayúsculo. Terminado el ciclo de Julio Falcioni, el candidato de todos para sucederlo (o de casi todos) es Carlos Bianchi. Lo señala la voluntad colectiva de socios e hinchas, pero quienes deben decidir sobre el tema, incluido el propio técnico, no están tan seguros. El presidente Daniel Angelici anticipó una decisión que hace muy compleja la contratación. Dijo que Riquelme “está a disposición del club, pero no para ponerse los pantalones cortos”. Para el entrenador más ganador en la historia xeneize es una condición inaceptable. Al menos eso parece. “Es muy difícil que agarre así”, señaló un ex directivo que lo conoce como pocos. Lanzada ya la temporada 2013, y con la llegada de Bianchi complicada, sin chances de que el Mellizo Guillermo Barros Schelotto asuma hasta junio –su vínculo con Lanús es por un año– y con Martín Palermo como flamante DT de Godoy Cruz, los apellidos escasean: Arruabarrena, Ribolzi y algún tapado.

Bianchi sabe que Angelici gobierna, pero el poder está en otro lado. De modo confidencial, el 4 de diciembre expresó su sentir en una frase dedicada a Sebastián Battaglia, cuando la Legislatura porteña designó al futbolista personalidad destacada: “Cómo te debo querer, que estoy al lado de este monstruo”. Mauricio Macri es el mentor del actual presidente y sus diferencias con el técnico no tienen retorno. El volante posó para una foto con el diploma de la distinción otorgada, su familia, el jefe de Gobierno, el entrenador y un grupo de legisladores del PRO. Todo muy formal. Podría afirmarse que hoy a la dupla exitosa de tantos títulos logrados en Boca sólo la une el Barrio Parque. Los dos viven en esa zona top de la Capital Federal.

El incierto porvenir de Riquelme y la salida de Falcioni hicieron lo demás. Angelici tenía tomada la decisión de renovarle el contrato al técnico –lo había adelantado por los medios–, pero la Bombonera se transformó en una caja de resonancia de la voluntad popular durante el último partido del año con Godoy Cruz. El presidente tuvo que dar marcha atrás. “Sería muy difícil trabajar con tanta presión. No somos autistas”, explicó en su conferencia de prensa del lunes. Aceptó sin chistar que le torcieran el brazo los socios, pero empató el partido sobre la hora cuando excluyó al ídolo de futuros proyectos futbolísticos. Claro, que lo cuenten adentro de una cancha y no afuera.

Si lo hizo adrede o no, sólo Angelici lo sabe. Pero resulta ingenuo suponer que esa medida le saldría gratis si su aspiración pasa por contratar a Bianchi. Hace tiempo que queda muy claro hasta dónde el técnico puede imponer condiciones. Y una condición difícil de digerir para la dirigencia boquense-macrista es que Riquelme siga conservando poder simbólico mientras no juega. Mucho peor sería con él como estratega del equipo y Bianchi en su conducción. Ese poder se incrementaría y Angelici podría transformarse en una caricatura, ya de por sí debilitada por la influencia externa del jefe de Gobierno.

El desafío que conlleva el retorno del técnico más querido y respetado por la gente de Boca es una caja de Pandora para su dirigencia. Cualquier otro candidato al puesto que acaba de dejar Falcioni contra su voluntad está lejos de Bianchi en las preferencias del hincha promedio. Rodolfo Arruabarrena surge como uno natural, por su muy buena campaña con Tigre en el torneo Clausura 2012-2013. Jorge Ribolzi, hoy secretario técnico, es otra alternativa. Conoce muy bien el club y Angelici delegó en él un área clave. Si el ex volante se hace cargo del plantel, iría con Mario Zanabria –otro histórico del Boca de Juan Carlos Lorenzo en los ’70– como ayudante de campo.

Pese a la hoguera de vanidades en que se transformó Boca, la Comisión Directiva hará el primer intento por el Virrey. El vicepresidente 1º, Oscar Moscariello, confirmó ayer que irán “a buscar a Bianchi” y, por si queda alguna duda, agregó: “Eso es lo que el socio quiere y es lo que vamos a hacer”. Angelici había expresado en su conferencia del lunes que “Román (por Riquelme) se cerró las puertas solo”. Ahora sólo se trata de esperar si Bianchi se las cierra otra vez a un presidente que gobierna gracias a Macri.

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