Será una defensa rara la que hará esta noche de su título Omar Narváez. En un salón del Hilton Hotel de Tucumán y como postre de una cena de lujo para 400 comensales, el chubutense (52,100 kg) expondrá por sexta vez su corona de los supermoscas de la OMB ante el puertorriqueño David Quijano (52,100 kg) en una pelea a 12 rounds que TyC Sports pondrá en el aire desde las 23.

No es la primera vez que un boxeador argentino hace una presentación de este tipo en el país. De hecho, la última pelea de su carrera, en abril de 1976, Nicolino Locche la realizó ante el chileno Ricardo Molina Ortiz en el Hotel Llao Llao de Bariloche. Y hace ya veinte años, Fabián Chancalay enfrentó al estadounidense Donald Allison en el Hyatt Hotel de Buenos Aires. Lo novedoso es que habrá un título del mundo en juego. Y que es Narváez, sin duda uno de los tres boxeadores argentinos más importantes del momento, quien asume el compromiso. Pero el boxeo profesional ante todo es un negocio. Y en esos términos habrá que entender el combate de esta noche.

Narváez tiene 37 años, un record de 37 victorias (20 antes del límite), una derrota y dos empates y hará hoy su tercera defensa del año luego de haber batido a dos mexicanos: José Cabrera (por puntos en San Juan) y Jhonny García (por nocaut en 11 rounds en el Luna Park). Tanto en una como en otra actuación, asomaron rasgos de un ocaso cercano, determinado por el avance inexorable del tiempo (el chubutense lleva diez años como campeón del mundo). Pero también por sus lesiones en ambos puños que le impiden afirmar sus manos.

De todos modos y más allá de su record de 15 triunfos (9 antes del límite), dos derrotas y un empate, no da la impresión de que el puertorriqueño Quijano, de 26 años, vaya a ser un listón demasiado elevado de exigencia. Ganó las dos peleas que hizo este año y con eso pretende sorprenderlo a Narváez. Veremos si con eso le alcanza a la hora del champagne francés y las masas finas.