DEPORTES
Contra Corea y la indiferencia
Se acaba la gira por Oriente de la Selección Argentina, por la que pocos hinchas se han interesado. Bielsa continúa con los ensayos.
› Por Pablo Vignone
La Selección Argentina, que jugaba esta mañana en Corea del Sur, termina su gira asiática en medio de la indiferencia general. No la han seguido ni la TV (TyC Sports la televisaba en directo a las 7 y en diferido a las 10.30) ni la radio, y el único medio que acompaña el periplo lo consigna en su portada de ayer, poniendo en evidencia la soledad en la que está envuelto este proceso y la escasa expectativa que genera.
Se dirá que la coyuntura impide una mayor adhesión: una gira por Latinoamérica habría concitado otra respuesta más efusiva de los medios. Es posible. Pero también es innegable que esta falta de apego denota la ruptura sentimental entre la Selección y la gente, sus hinchas.
El Proceso Bielsa ha retrotraído al equipo nacional a su estado Pre-1974, no en organización sino en la sintonía con los fanáticos. Lo que se percibe hoy en general es una apreciable falta de interés del común por el combinado albiceleste, como sucedía hasta el Mundial de Alemania, cuando los jugadores se juntaban en el avión y a nadie le importaba la suerte del once argentino. Hoy, como hace casi 30 años, ya no se pregunta cómo forma el equipo, quiénes juegan, ya ni siquiera se discuten jugadores.
Esta indiferencia es, sin duda, la exteriorización obvia de una herida abierta en el corazón del hincha, todavía dolido por la eliminación del Mundial 2002 en primera ronda. Pero también es la evidencia de la ausencia de romanticismo, el que no ha conseguido generar este proceso con su comportamiento global, independientemente de los resultados. Eso no sucedía con Menotti, con Bilardo, con Basile o Passarella, respaldados o fuertemente discutidos, pero casi nunca inadvertidos.
Es curioso que eso esté sucediendo en el momento en que Bielsa parece haber dado cierto paso adelante en la interpretación del gusto popular. Este equipo que acaba hoy su gira por Oriente está compuesto por jugadores que, aun jugando en Europa, no responden a una mecanización tan obvia como los que componían la Selección que vino de Passarella y que Bielsa retocó con sus conceptos. El domingo, cuando muchos preguntaban al pasar cómo le había ido a la Selección, había que destacar con cierto énfasis el hecho de que no había jugado mal...
Esta indiferencia no parece estar relacionada con la conducta de ciertos medios que quieren la cabeza de Bielsa –porque no les da entrevistas, porque no pueden influenciarlo, porque no logran imponerle jugadores– y que contribuyen al sentimiento general tratando el tema de costado.
El entrenador sabe que la auténtica prueba, sin duda, tendrá lugar en el último cuatrimestre del año, cuando den comienzo las Eliminatorias para Alemania 2006 y se vuelvan a ver Selección e Hinchas. Y habrá que ver si los fanáticos vencen esta frialdad para sostener nuevamente al equipo desde la tribuna, entusiasmándose nuevamente, admitiendo la posibilidad de volver a enamorarse de la celeste y blanca.
Bielsa está probando a los jugadores con los que podría recrear ese sentimiento. En Saviola, Aimar, Riquelme, Cambiasso, Coloccini, los herederos moldeados en los Juveniles campeones mundiales, está la clave. Este partido de hoy puede ser útil, como lo fue el del domingo, para ir curtiendo esta nueva propuesta. Bielsa insistirá en la formación que el domingo goleó a Japón; enfrente, Corea rescata lo mejor del equipo que terminó tercero en su Mundial, pero viene de perder 2-0 ante Uruguay. El único antecedente de un enfrentamiento entre ambas selecciones es el del arranque del Mundial 1986, cuando la Argentina venció 3-1.
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