Mar 12.02.2013

DEPORTES  › HORACIO ZEBALLOS, TRAS SU VICTORIA ANTE EL “DIOS” RAFAEL NADAL

“Fui a confesarme y me perdonó”

El marplatense sigue sin poder creer su triunfo ante el ex número uno del mundo en la final de Viña del Mar y vivió un día especial antes de partir rumbo a San Pablo. Gracias a su primer título, Cebolla ascendió treinta lugares en el ranking y ahora figura 43º.

› Por Tomás Rudich

Desde Viña del Mar

Todavía resuenan en Chile los ecos del gran golpe que dio el marplatense Horacio Zeballos, el hombre que amargó la fiesta del español Rafael Nadal en su regreso al tenis tras más de siete meses. Si ya en la noche del domingo no lo podía creer, el argentino despertó ayer aún más incrédulo en Viña del Mar, una ciudad que de a poco comienza a retomar su rutina veraniega tras el paso del “huracán” Nadal. “Chau Viña. ¡Qué semanita me regalaste! Ayer necesité 7 u 8 horas más de ese día. ¿Por qué se terminó? Alegría inmensa. Qué recuerdos de por vida”, escribió Zeballos en su cuenta de Twitter antes de abandonar el balneario chileno y partir rumbo a San Pablo, donde continuará su gira latinoamericana sobre polvo de ladrillo.

¿Será el comienzo del despegue para Zeballos? Zurdo, buen saque, revés clásico a una mano y dueño de un tenis tan vistoso como irregular, el argentino mostró un nivel muy superior al número 73 que marcaba el ranking hasta el domingo y que esta semana lo tendrá en el puesto 43. “Tiene potencial y desparpajo en la cancha”, dijo sobre él Nadal. “Lo que me falta es un poco de consistencia”, admitió el argentino, que a los 27 años sumó el primer título de su carrera tras la final alcanzada en San Petersburgo en 2009. El nuevo ranking le posibilitará concentrarse en jugar certámenes mayores y dejar el circuito de torneos “challenger” que frecuentó en 2012.

Además, al menos por un rato, el argentino podrá sentirse a la par de jugadores como el serbio Novak Djokovic y el suizo Roger Federer. Es que su enorme triunfo ante Nadal por 6-7 (2-7), 7-6 (8-6), 6-4 en casi tres horas de juego hizo inscribir su nombre en la lista de tres jugadores que pudieron vencer al siete veces campeón de Roland Garros en una final sobre polvo de ladrillo, la superficie donde el español es poco menos que imbatible.

“Zeballos le amargó la fiesta a Nadal”, tituló el diario chileno El Mercurio, graficando así el estupor que causó en Viña del Mar el resultado del domingo, un final inesperado tras diez días de nadalmanía. Su victoria le permite también borrar de alguna manera el exabrupto cometido hace una semana tras la victoria ante Alemania por la Copa Davis, cuando una desafortunada actitud contra Juan Martín Del Potro saltó a todos los titulares. Aquella vez, cuando el equipo fue consultado acerca de si había recibido una felicitación de parte de Del Potro, ausente por decisión personal a lo largo de todo el 2013, Zeballos respondió con un irónico: “¿De quién?”. Fue un episodio más de un nuevo fin de semana de turbulencias en el equipo argentino de Copa Davis, pese a la valiosa victoria por 5-0 ante Alemania, en la que Zeballos ganó el punto de dobles junto a David Nalbandian. “Lamentablemente por ahí uno a veces comete errores. Yo cometí el mío, pedí disculpas vía Twitter o vía lo que sea, y por suerte creo que todo quedó bien claro”, comentó el marplatense a la agencia DPA esta semana.

Sin embargo, no pocos habrán pensando entonces que la descalificación bien podría haberse aplicado a la inversa. ¿Zeballos? ¿Quién? Al menos hasta el domingo. Porque su victoria ante Nadal no sólo le permite meterse entre los 50 mejores del ranking, sino también entrar en la consideración de todo el mundo tenístico. Aunque Zeballos no tiene dudas de que las cosas volverán pronto a su cauce habitual. “Seguramente Nadal estará ganando torneos y yo viéndolo por la televisión”, auguró el argentino, un jugador absolutamente creativo a la hora de declarar. “¿Quedó alguien? Vayan a ver a Rafa”, había dicho sonriente el argentino en la conferencia de prensa tras su semifinal del sábado, en la que venció a su compatriota Carlos Berlocq. El español estaba por salir a la cancha ante el francés Jeremy Chardy por la otra semifinal y un griterío lejano llegaba a la sala de conferencias donde apenas un puñado de periodistas aguardaba por el número 73 del mundo.

“Quiero sentir nuevamente lo que es no tener chances de ganar”, bromeó entonces Zeballos, sin saber que un día después estaría alzando el título entre lágrimas. El argentino incluso se animó a calificar de “Dios” a Nadal antes de la final. “Preparándome para enfrentar a ‘Dios’ en la cancha de tenis hoy”, escribió el domingo en su cuenta de Twitter. Y cuando se lo consultó tras el encuentro en la conferencia de prensa se permitió volver a bromear. “Me fui a confesar con Dios y me perdonó”, dijo el argentino, que cuando asimile lo vivido esta semana tal vez empiece a pensar que los de arriba ya no son tan inalcanzables.

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