DEPORTES › ALL BOYS SE HIZO FUERTE EN FLORESTA Y DERROTO A BOCA POR 2-0
Los dirigidos por Bianchi no jugaron bien ante un rival que lo golpeó en el momento justo y que, para colmo, recibió la gracia del árbitro Ceballos, que le otorgó un penal por un agarrón de Silva en el área en una jugada de tiro de esquina.
El equipo conducido por Carlos Bianchi llegaba a Floresta con el objetivo de quedarse con los tres puntos en una cancha por demás complicada. Sin embargo, la meta más importante para el conjunto boquense debía ser demostrar una mejoría en su juego para comenzar a ilusionar a sus seguidores. Pero el equipo de la Ribera fue más de lo mismo. No alcanzó ninguna de esas dos metas y evidenció la misma escasez de generación de juego y falta de solidez defensiva que tuvo en las primeras dos fechas del campeonato y en su debut en la Copa Libertadores. All Boys se aprovechó de un rival, que todavía no sabe a qué juega, y celebró eufórico el 2-0.
La primera parte estuvo llena de imprecisiones. Con más ganas que ideas, el local intentó mantenerse cerca del arco rival, pero abusó del pelotazo y sólo contó con apariciones del atacante Iván Borghello que se mantuvo muy activo, aunque con poca eficacia en las pocas que tuvo. Por su parte, Boca apenas pudo generar peligro en una combinación entre los atacantes Santiago Silva y Juan Manuel Martínez, que el ex Corinthians, de cara al arco, le pegó mordido y la pelota se fue desviada.
Pero el encuentro se guardó las emociones para la segunda mitad. Curiosamente, a través de una pelota que cayó sobre el área, aquella herramienta que el dueño de casa sobreexplotó en el primer acto, terminó dándole su premio. Esta vez fue con un preciso envío frontal de Montoya Muñoz, que cayó en los pies de un Oscar Ahumada que bajó la pelota con una calidad digna de cualquier artillero, para definir contra un palo y convertirse, llamativamente, en el goleador del campeonato, con tres tantos. All Boys también gozó de la bondad del árbitro que pitó un penal producto de un agarrón de Silva, de esos que no suelen cobrarse. Oscar Ustari se jugó a un palo, pero Angel Vildozo remató seco al medio y puso el 2-0.
El encuentro se hizo de ida y vuelta. Boca fue a buscar el descuento pero nunca estuvo cerca siquiera del descuento. De no haber sido por su arquero, que en los últimos minutos se convirtió en figura, Bianchi pudo haberse llevado una goleada apabullante de Floresta. “Los rivales no juegan mejor que no-sotros, pero nos complican en los momentos más importantes”, analizó, molesto, Walter Erviti, que intentó encontrarle respuesta al mal rendimiento de su equipo. Lo cierto es que los dos mil hinchas que coparon la cabecera visitante seguramente se fueron añorando un pronto regreso de Juan Román Riquelme, a esta altura, la única esperanza boquense de cambiar su preocupante presente.
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