Con un empate discreto, Argentinos sumó su tercer partido sin conocer la derrota, cifra para nada despreciable si se tiene en cuenta que antes de la llegada de Caruso Lombardi el equipo de La Paternal había logrado tan sólo un punto en cinco partidos.

En un partido apático, con pocas emociones, ambos equipos sufrieron su falta de juego y contundencia para poder marcar la diferencia en el marcador. Dentro de esa malaria, en un encuentro muy parejo, el local fue un poco más. Tuvo más dominio de pelota, aunque no contó con profundidad ni ideas claras para lastimar a una defensa sólida, que esperaba bien parada. A medida que transcurrieron los minutos, Argentinos se animó, adelantó sus líneas en el campo de juego y asomó com peligro sobre el área local, pero estuvo lejos de hilvanar jugadas claras para conseguir una diferencia que hubiese sido injusta.

El inevitable 0-0 le cayó mejor al elenco visitante, que llegó a la suma de seis unidades y un invicto de tres encuentros (dos empates y una victoria). Del lado del local, la igualdad estuvo lejos de conformar a un equipo que necesita empezar a sumar de a tres (acumuló 16 partidos sin ganar como local) para salir del fondo de la tabla de los promedios, desafío que hasta aquí, parece difícil.