Independiente sigue sin poder ganar y su margen de error es cada vez más chico. Por eso, faltando once jornadas, su lucha para mantener la categoría parece reducida a una pelea con Quilmes, y eso sin contar con alguna eventual levantada de San Martín o Unión. Entre los que dividen por tres temporadas, el equipo de Gallego necesitaría descontarle 12 puntos a San Lorenzo o 13 a Argentinos para forzar un hipotético desempate, con 33 unidades en juego. Con Rafaela, que divide por dos temporadas, la distancia actual son 8 puntos, pero con una salvedad: en esa pelea, dos puntos de los santafesinos equivalen a tres de Independiente. Por lo tanto, en un escenario favorable, si Rafaela saca sólo 8 unidades, el Rojo debería sumar 20 para emparejarlo. Si el equipo de Burruchaga iguala los 12 que ya tiene (con tres partidos más por jugar), Independiente debería llegar a 26 para empardarlo. Ante ese panorama, la competencia lógica sería con Quilmes, que sólo divide por una temporada. El problema es que esa situación genera que las chances de Independiente dependan mucho más de lo que hace el conjunto de De Felippe que de las propias fuerzas. Con ejemplos es más sencillo explicarlo: si Quilmes no logra al menos siete puntos, Independiente lo superará aun sin sumar nada. Pero en la medida en que el equipo cervecero mejore su cosecha, el margen de Independiente será muy pequeño. Si Quilmes llega a diez unidades, los de Avellaneda necesitan 11. Entonces, 12 de Quilmes equivalen a 17 de Independiente, mientras que 15 obligarían a 26 del conjunto de Gallego.