Con un gol del juvenil Adrián Fernández, Independiente celebraba un triunfo luego de seis fechas, pero no supo mantener la ventaja y pagó cara su falta de ambición. Brian Alemán puso el empate para Unión, que de poco le sirve a ambos equipos, hundidos en la zona baja de los promedios. Con el punto logrado, el conjunto de Avellaneda continúa en posición de descenso. Tras el partido, Américo Gallego puso su renuncia a disposición de Javier Cantero, pero el presidente remarcó que el DT seguirá en su cargo. Sin embargo, las versiones que circulaban anoche marcaban que el entrenador tiene pensado dar un paso al costado, más allá de lo que afirmó el titular del club.

Desde el pitazo inicial, el equipo conducido por Gallego se plantó con decididas pretensiones ofensivas. El paraguayo Fernández, la gran apuesta del entrenador, tuvo una chance de entrada, con una palomita dentro del área, pero Limia no tuvo problemas para quedarse con la pelota. En un encuentro parejo y en el que los nervios y las presiones predominaron en ambos equipos, Unión también hizo lo suyo y se dispuso a aprovechar los huecos defensivas que dejaba su rival cuando atacaba.

El trámite del partido, entonces, se hizo de ida y vuelta. Los de Facundo Sava desaprovecharon varias ocasiones para vulnerar una defensa mal parada. En cuestión de minutos, Magnín tuvo dos mano a mano. Primero remató abierto, apenas afuera del palo izquierdo del arquero. Después, ingresó de frente al arco, demoró la definición y Rodríguez tapó bien. El atacante tuvo las mejores oportunidades para propinarle un duro golpe a su rival, pero las tiró al tacho y le perdonó la vida. En su peor momento, en el ocaso de la primera etapa, Independiente supo reaccionar. Montenegro desbordó y lanzó un centro desde el costado derecho, nuevamente Fernández llegó al envío, aunque pifió el cabezazo, la pelota le dio en la mano y le quedó servida para empujarla y marcar la diferencia en el tanteador. Fue un desahogo enorme y una explosión del público, que hasta ese momento sólo había apoyado. El tanto también le significó a Independiente un dato curioso que desnuda sus deficiencias ofensivas: fue el primer festejo de un delantero en lo que va del torneo.

Con el resultado a su favor, el conjunto de Avellaneda salió a jugar el complemento más relajado. Pero lo hizo sin ambición. Apreció la ventaja y se retrasó en el campo. Pudo sentenciar la historia con Ferreyra, que tuvo una inmejorable oportunidad. Pero volvió a fallar en los metros finales. Unión tuvo la pelota, aunque no fue punzante. Sin hacer demasiado por el gol, encontró el empate en una desatención defensiva. Llamativamente solo, Alemán, que llevaba cinco minutos en cancha, peinó la pelota ante la floja salida de Rodríguez y convirtió. Fue el 1-1 y un mazazo a las esperanzas del equipo de Gallego, que se retiró cabizbajo, silbado por su gente, sin síntomas de haber encontrado el camino.