Sorprendente resultado para una semifinal del torneo de clubes más importante de Europa. Sorprendente goleada para ser absorbida por un equipo justamente tildado como el mejor del mundo. El 4-0 del Bayern Munich sobre el Barcelona en el partido de ida de la primera semifinal de la Champions League prácticamente sella la suerte del equipo catalán en el que Lionel Messi cumplió un discretísimo papel de reparto. La revancha, la semana que viene en el Camp Nou, pinta como ejercicio retórico: el Barça ya dio vuelta un 0-2 ante el Milan, en los octavos de final, pero esta vez el rival es mucho más poderoso.

“Tenemos que remontar esta eliminatoria, hay que descontar la diferencia, y si no se puede, hay que pensar en cerrar la Liga”, apuntó Messi luego del encuentro. El rosarino recibió el alta médica para disputar este encuentro, pero pasó inadvertido en un equipo que fue apenas un partenaire de su rival, aunque fue el autor de uno de los únicos dos disparos al arco durante todo el partido; el Bayern Munich, en cambio, remató nueve veces al arco de Víctor Valdés para convertir los cuatro tantos (dos de Thomas Müller, la figura del partido, Mario Gómez y Arjen Robben).

“El Bayern ganó en todo. Físicamente fueron superiores, todos los rebotes fueron para ellos. Está difícil, pero lo vamos a intentar”, evaluó Messi. “Hay que levantarnos otra vez. Y si no se puede, ya queda poco para acabar el año y pensar en el que viene.” El rosarino no acusó molestias durante el encuentro. “Me sentí bien. Hacía ya quince días que no jugaba y físicamente no estaba de la mejor manera, pero de la lesión me sentía bien.”

Dar vuelta el resultado “va a ser casi imposible”, admitió Xavi Hernández. “Ha sido un resultado malísimo, está prácticamente imposible, pero vamos a intentarlo por orgullo”, destacó. “Este equipo ganó mucho y el listón está muy alto, por eso perder de esta manera, con un resultado tan abultado en semifinal de la Champions, evidentemente nos pone tristes.” La posesión de la pelota (el 63 por ciento contra el 37 del Bayern) no salvó al Barcelona de una de las derrotas más humillantes de los últimos años. En los últimos veinte años, sólo perdió 4-0 en cuatro partidos. Para Xavi, la posesión fue “estéril”. “El resumen del partido es que han sido mejores. Sobre todo físicamente.”

Los futbolistas del equipo catalán no ocultaron su sensación frustrante. “No hay mucha explicación; son más rápidos, más fuertes y juegan mejor al fútbol. Nos dieron un paseo”, resumió Gerard Piqué. “Es el peor día desde que estoy en el Barcelona, por el resultado. Dolió muchísimo”, reconoció Dani Alves. “Fueron mejores, por fuerza, por altura, por ritmo de juego, hay que sacarse el sombrero.” Un poco más optimista se mostró el zaguero Marc Bartra, que desperdició una situación de gol, el otro remate al arco del Barça además del de Messi. “Queda un partido de vuelta, el estadio debe ser un fortín, todo el mundo debe venir a alentar. Si lo hicimos contra el Milan, ¿por qué no ahora?”

El Bayern Munich celebró su gran noche, la que lo pone cerca de la final del 25 de mayo en Wembley, a la que aspira a llegar para tomarse revancha de la perdida ante el Chelsea un año atrás, en el mismo estadio en el que goleó ayer. “El Barcelona tiene una filosofía muy buena, pero mis jugadores sabían lo que tenían que hacer”, opinó el entrenador Jupp Heynckes, que en junio le dejará su puesto a Josep Guardiola. “El Barcelona no es sólo Messi, tiene otros jugadores buenos como Iniesta, por ejemplo. Todavía es uno de los mejores equipos del mundo.” Para Heynckes “no fue una sorpresa haber metido cuatro goles”. “Ganamos gracias al gran rendimiento de mis jugadores. Estamos jugando a un nivel muy alto”, subrayó. “Jugamos con ímpetu, creatividad y clase. Con eso podemos ganarle a cualquier equipo.”

El presidente del Bayern Munich, Franz Beckenbauer, discrepó sin saberlo con Heynckes. “No nos hubiéramos imaginado este resultado ni en nuestros sueños más salvajes”, dijo. Y para otra gloria del equipo bávaro y actual directivo, Karl-Heinz Rummenigge, “ganarle 4-0 al mejor equipo del mundo es un sueño”.

El holandés Arjen Robben, autor del tercer tanto, coincidió con ambos: “Nunca hubiera pensado que íbamos a ganarle así al Barcelona, un equipo que dominó el fútbol los últimos cinco años. Tenemos que estar orgullosos”, señaló. “Enseguida tuve la sensación de que el equipo estaba muy bien.” Según el capitán Philipp Lahm, “la clave fue la disciplina, defendimos todos ante un equipo muy bueno técnicamente y casi no permitimos situaciones de gol”.