Mar 14.05.2013

DEPORTES  › OPINIóN

¿Y qué hay para la juventud?

› Por César R. Torres *

El Comité Olímpico Internacional (COI) inauguró los Juegos Olímpicos de la Juventud (JOJ) en Singapur en agosto de 2010. El evento cuatrienal, que está destinado a jóvenes de entre 14 y 18 años, enfatiza el ideario olímpico y su empeño pedagógico. Por ello, las autoridades olímpicas se esfuerzan para que el programa cultural y educativo de los JOJ cuente con la misma importancia que el programa competitivo.

En agosto de 2011, Mauricio Macri, jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, y Gerardo Werthein, presidente del Comité Olímpico Argentino (COA), anunciaron que Buenos Aires se postularía para organizar los JOJ 2018. La Ciudad formalizó su postulación junto a Glasgow, Guadalajara, Medellín, Poznan y Rotterdam. El Comité de Candidatura conformado a tal efecto presentó al COI su dossier de candidatura el 15 de octubre del año pasado. El mismo incluía la suscripción por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner de todos los avales exigidos por el COI a nivel de jefe de Estado. Con motivo de la presentación del dossier, Werthein destacó que “el deporte y los valores olímpicos pueden cumplir un papel crucial en mejorar la calidad de vida de nuestra juventud” y Macri que “los jóvenes son el alma de nuestra ciudad”.

Un grupo de trabajo del COI evaluó los dossiers de las diferentes candidaturas y elevó su informe al Comité Ejecutivo de la institución. En febrero de este año, Jacques Rogge, presidente del COI, informó que el Comité Ejecutivo había seleccionado a Buenos Aires, Glasgow y Medellín como finalistas para organizar los JOJ 2018. Satisfecho con la noticia, Francisco Irarrazával, subsecretario de Deportes de la ciudad de Buenos Aires y funcionario del Comité de Candidatura, expresó: “Hemos desarrollado un plan a medida que [...] se adecua perfectamente a las necesidades de los atletas y todo lo que se requiere para brindar una experiencia deportiva, cultural y educativa muy especial”. En marzo, la mayoría de los bloques de la Legislatura de la ciudad de Buenos Aires declararon su apoyo a la candidatura porteña.

El mes pasado, los representantes de las tres candidaturas finalistas discutieron sus propuestas con la Comisión de Evaluación del COI mediante videoconferencias. Dicha comisión enviará su informe a los miembros del COI, quienes elegirán la sede de los JOJ 2018 en una asamblea extraordinaria que tendrá lugar el 4 de julio. En la videoconferencia, Werthein afirmó que “si tenemos el honor de ser sede [...] podremos desarrollar aún más los valores olímpicos y mejorar las vidas de la juventud, aquí, en Latinoamérica y en el mundo”.

De acuerdo con el grupo de trabajo del COI que evaluó los dossiers de candidatura, Buenos Aires “propone un proyecto razonablemente compacto y hace buen uso de las instalaciones existentes”. Su informe resalta que la candidatura porteña “presenta un riesgo mínimo para el COI”. Sin duda, el Comité de Candidatura articuló una propuesta sólida y creíble que se ajusta a los requisitos del COI y a la capacidad organizativa de la Ciudad. Incluso logró que la candidatura fuese ampliamente respaldada tanto por las diversas fuerzas políticas porteñas como por el gobierno nacional. No está claro si los vecinos de la Ciudad también la respaldan, pero la ausencia de voces antagónicas sugiere que al menos no se oponen. Por el contrario, el ámbito deportivo ha manifestado su apoyo a la candidatura porteña.

A pesar de sus bondades, la candidatura de Buenos Aires para los JOJ 2018 no explicita cómo ni en qué medida el evento beneficiaría a los jóvenes porteños. Dado el carácter de los JOJ, así como las respectivas loas de Macri a la juventud porteña y de Werthein al deporte como medio para contribuir positivamente a la vida de la juventud, este vacío es notable. Explicar claramente dichos beneficios es importante, ya que no es obvio que la mera organización de los JOJ en la Ciudad pondrá a la juventud porteña en el centro del evento ni que ésta necesariamente mejorará su bienestar. Quizá sea importante recordar que según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, la prevalencia de inactividad física entre los jóvenes de la ciudad de Buenos Aires es de 38,7 por ciento.

Se podría argumentar que la organización de los JOJ 2018 en Buenos Aires estimularía a la juventud porteña a practicar deportes regularmente y que esto redundaría en los probados beneficios de dicha práctica. Desafortunadamente, los estudios disponibles indican que no existe evidencia para afirmar que la organización de eventos deportivos internacionales tales como los Juegos Olímpicos incrementa la participación deportiva y/o la realización de actividad física en forma sostenida. Esto no significa que dichos eventos, incluidos los JOJ, sean incapaces de contribuir en la promoción de la práctica deportiva y/o la realización de actividad física sostenida. Lo que esta discusión sugiere que para que sea provechosa en este sentido, la organización de eventos deportivos internacionales debe ser concertada con políticas más exhaustivas de promoción del “movimiento” que contemplen la expansión genuina de oportunidades para practicarlo, cambios en las currículas escolares, campañas de comunicación masivas, entre otras iniciativas. Esto requiere planificación y coordinación del trabajo de diferentes organismos estatales e instituciones de la sociedad civil, así como de liderazgo y compromiso continuado.

Cualquiera sea el resultado de la elección del 4 de julio, Buenos Aires contará con una excelente oportunidad para articular unos JOJ que no sólo satisfagan al COI, sino que beneficien a toda la juventud porteña. Si Buenos Aires es elegida, los JOJ 2018 podrían convertirse en un festival que funcione como catalizador de una política para la promoción del deporte y la actividad física que invite a los jóvenes porteños a descubrirse y realizarse a través de su práctica. Es decir, parafraseando al filósofo Fernando Savater, para que se inventen y den forma a sí mismos. Los valores del olimpismo serían un marco ideal para tal proyecto, que bien podría extenderse a toda la juventud argentina. En caso de que Buenos Aires no fuese elegida, los funcionarios pertinentes deberían considerar postular nuevamente a la Ciudad para los JOJ con un plan inclusivo que, además de adecuarse a las necesidades de los deportistas visitantes, beneficie explícitamente a toda la juventud porteña. Después de todo, el movimiento olímpico pretende llevar a cabo sus ecuménicos objetivos “educando a la juventud a través de una práctica deportiva conforme con el olimpismo y sus valores”. Para ello, dicha práctica debe estar efectivamente al alcance de toda la juventud. Los JOJ pueden tener un papel central en la expansión de oportunidades para la práctica deportiva juvenil. En el caso de Buenos Aires, esto estaría en consonancia con su Constitución, cuyo artículo 33 expresa que “la Ciudad promueve la práctica del deporte y las actividades físicas, procurando la equiparación de oportunidades”.

* Doctor en Filosofía e Historia del Deporte. Docente en la Universidad del Estado de Nueva York (Brockport).

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