DEPORTES › VICTORIA DEL ARGENTINO SOBRE EL CANADIENSE POSPISIL EN ROLAND GARROS
El marplatense se motiva en el circuito viendo el video de su victoria sobre Rafael Nadal en el torneo de Viña del Mar, en febrero. “Lo hago para darme más confianza”, reconoce. “Contra otros tenistas pienso que si pude con Rafa, puedo con ellos.”
Horacio Zeballos podría retirarse hoy mismo y nadie le quitaría ese logro que le recuerdan a cada paso: forma parte de un exclusivísimo trío, el de los hombres capaces de derrotar al español Rafael Nadal en una final sobre polvo de ladrillo. Roger Federer, Novak Djokovic... y Zeballos. A veces es él mismo el que no puede creerlo. “Para darme más confianza intento ver seguido el video de Rafa. No todos los días, pero seguido”, dijo tras avanzar a la segunda ronda del Abierto de Francia. Zeballos se impuso sobre el canadiense Vasek Pospisil (103) en un maratónico partido que duró cuatro horas y cuarenta minutos, que había sido suspendido el lunes por falta de luz. Terminó ganando 7-6 (11–9), 6-4, 6–7 (4–7), 2–6, 8–6.
La final ganada sobre Nadal en febrero en Viña del Mar le permite al argentino formar parte de ese grupo que grandes nombres como Andy Murray o David Ferrer miran desde afuera. Otros jugadores ya retirados, como el santafesino Guillermo Coria, también lo intentaron y fracasaron. Cuando llega el momento de una final y ésta se juega en el polvoriento rectángulo naranja, Nadal es el rey.
“Lo veo y me digo ‘fuaaahh, ¡qué increíble que jugué”, admitió un sonriente Zeballos antes de añadir convencido: “Pero la cabeza es muy rara”. Aquel torneo en Viña del Mar marcó el regreso de Nadal al tenis tras siete meses de ausencia por una doble lesión de rodilla. Zeballos, de 28 años y 46º del ranking, lo derrotaría en la final, algo que sólo volvería a darse en Montecarlo, donde Djokovic batió al español.
Así, el balance del ex número uno del mundo es demoledor: ocho torneos disputados, seis títulos y dos finales. Hoy jugará por la segunda ronda en Roland Garros, donde busca su octavo título. Muy diferente a la vida de Zeballos, que no aspira al título, pero sí a hacer un gran partido ante el suizo Stanislas Wawrinka, uno de los mejores jugadores del año.
La vida de Zeballos cambió desde aquella final de Viña del Mar. Nada volverá a ser igual para el argentino. “Lo que más me sorprendió fueron las felicitaciones de casi todo el circuito, de otros jugadores. No esperaba tener tanta repercusión”, dijo Zeballos recientemente durante una entrevista con dpa.
Días después de aquel éxito sobre el Océano Pacífico, el zurdo de tenis clásico y lujurioso revés con slice fue fundamental para que su país avanzara a las semifinales de la Copa Davis, esa gran asignatura pendiente del tenis argentino. Mientras llega ese momento, Zeballos buscará recuperar la regularidad, repetir con más frecuencia el nivel de Viña del Mar. “A veces jugando contra tenistas de mejor nivel y ranking me digo que si pude con Rafa, también puedo con ellos.”
Zeballos escribió antes de aquella final en su cuenta de Twitter que se preparaba para enfrentarse “a Dios”. “El es uno de los mejores jugadores de la historia, más en tierra. Las poquitas chances que tuve las aproveché y eso me hizo ganar.” Ríe –“fue además en un punto muy importante”– cuando se le recuerda un revés paralelo con slice en el tramo decisivo del encuentro, punto y golpe que es considerado por los expertos como uno de los mejores en mucho tiempo.
“Después de ese torneo fui a Brasil, donde no hay una cultura tenística muy grande. La gente me sacaba fotos, me pedía autógrafos, fue lindo.” Lo mismo le sucedió este mes en Madrid, donde la gente lo señalaba. “Es el que le ganó a Rafa”, decían. Y eso será Zeballos suceda lo que suceda de ahora en más: el que venció a Nadal donde es prácticamente invencible.
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