Con la muerte, a los 75 años, de Emile Griffith, sucedida ayer en un hospital de Hempstead, Long Island, en los Estados Unidos, donde se encontraba internado en estado vegetativo por una encefalopatía, desaparece mucho más que un notable boxeador de los años ’60 y ’70, tres veces campeón del mundo de los welters (1961, 1962/63 y 1963/66) y dos de los medianos (1966/67 y 1967/68), y en dos ocasiones perdedor ante Carlos Monzón (1971 en el Luna Park y 1973 en Montecarlo).

Griffith fue protagonista de una tristemente célebre masacre sobre el ring: sus puños mataron al cubano Benny Kid Paret, el 24 de marzo de 1962, en el Madison Square Garden de Nueva York. Y también, dueño de una de las historias de vida más impresionantes que hubo en el boxeo: fue uno de los primeros pugilistas que públicamente asumieron su condición de bisexual.

Recién en 2005, Griffith, nacido el 3 de febrero de 1938 en Saint Thomas, Islas Vírgenes, se hizo cargo de sus opciones personales y blanqueó lo que se sabía casi desde los comienzos de su carrera: su gusto indistinto por las mujeres y los hombres. De hecho, hay quienes sostienen que el drama en el Madison (que estuvo a punto de terminar con el boxeo profesional en los Estados Unidos) explotó cuando en el pesaje previo, el cubano Paret lo acusó en público de “mariquita”. Griffith juró que la venganza sería terrible sobre el ring. Y cumplió.

Ensañado y enfurecido con su rival, en el 12º round de una pelea pactada a 15, en apenas cinco segundos le asestó 17 golpes consecutivos en la cabeza a un Paret que colgaba indefenso de las sogas y que se deslizó, ya inconsciente, a la lona, de donde nunca reaccionaría. Paret falleció diez días después. Ver esas imágenes en YouTube, 51 años después del hecho, todavía hiela la sangre.

Con el tiempo, Griffith se arrepintió de su conducta, aunque justificó su decisión de continuar en el boxeo. “No sé hacer otra cosa que pelear”, dijo. Y lejos de bajar en intensidad, su carrera tomó nuevo impulso. En diciembre de 1962 y en Las Vegas, derrotó por nocaut técnico en 9 rounds al campeón argentino y sudamericano de los welters, Jorge Fernández, tras aplicarle un brutal golpe bajo. Y en 1965 abandonó la corona de las 147 libras y logró la de los medianos, ganando y perdiendo tres tremendos duelos contra el italiano Nino Benvenuti en 1967 y 1968.

Sin poder acallar los rumores en voz cada vez más alta sobre su bisexualidad, en 1971 contrajo matrimonio con Mercedes Donnastrog y ese mismo año llegó a la Argentina para desafiar a Monzón por el título mediano. Perdió por nocaut técnico en el 14º round tras darle durísima batalla al santafesino, el 25 de septiembre de 1971, ante un Luna Park repleto. Y volvió a perder con él el 2 de junio de 1973 en Montecarlo. Recién anunció su retiro en 1977, a los 39 años, con un record de 85 triunfos (23 por nocaut), 24 derrotas y 2 empates.

Poco se supo de él luego. En 1990, ingresó al Hall de la Fama del Boxeo en Canastota (Nueva Jersey) y en 1992 fue golpeado y puesto al borde de la muerte en Nueva York tras salir de un bar gay. Después de este episodio, en una entrevista en 2005 con la revista Sports Illustrated, Griffith reconoció su abierta bisexualidad. “Me gustan tanto los hombres como las mujeres. Pero no me gusta la palabra homosexual, gay o maricón. No sé lo que soy. Amo por igual a hombres y a mujeres”, dijo Griffith aquella vez con la misma valentía y dignidad que se le reconoció en su brillante paso por los cuadriláteros del mundo.